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Reuters

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LetterOne cerrará su opa sobre DIA la próxima semana y, logre superar el 50% del capital o no, seguirá adelante con sus planes para salvar a la cadena de supermercados. El fondo de Mijaíl Fridman ha cedido ante la presión de los minoritarios y ha eliminado el umbral de aceptación para que su oferta tenga éxito y poder avanzar en las conversaciones con los bancos acreedores de DIA e inyectar los 500 millones de su ampliación de capital. La fecha límite es el 20 de mayo.

Ese día cumple el plazo de dos meses desde la última junta de accionistas para revertir la causa de disolución o tendrá que convocar de nuevo a los accionistas para votar el inicio de un proceso concursal. LetterOne, principal accionista de DIA con un 29%, contaba con llegar a estas fechas de mayo con la opa ya cerrada y a punto de cerrar un acuerdo con los bancos a los que DIA debe 912 millones de euros.

Los minoritarios han complicado el panorama y, viendo su reticencia a vender en la opa y que cumplir con el umbral mínimo marcado era complicado, el fondo de Fridman ha optado por eliminar esa condición para que la opa tenga éxito. Para ello ha logrado que la CNMV considere que su oferta, 0,67 euros por acción, cumple los requisitos de "precio equitativo" de acuerdo a la ley de opas y teniendo en cuenta el deterioro financiero de la compañía.

Según los registros de la CNMV, hasta el viernes casi un 25% del capital estaba en manos de fondos de inversión y accionistas minoritarios como Gregoire Bontoux Halley, ex socio de referencia de Carrefour (3,26%) o Western Gate, el 'family office' de Luis Amaral (2%).

Aunque estos últimos han subrayado que no venderán sus acciones en la opa, los analistas esperan que los fondos que han aprovechado las últimas semanas para entrar en DIA (Ibercaja, Scotiabank o Melqart) vendan en los últimos días de aceptación para embolsarse la ganancia. Los institucionales que sigan en el capital también acudirán, previsiblemente, por lo que aunque LetterOne ya no necesita llegar al 50% para que considerar que la opa tenga éxito, se espera que Fridman logre el control de la compañía.

Desde el mercado observan la decisión de LetterOne de eliminar el umbral de aceptación como una forma más de reiterar su compromiso con que la compañía recupere el rumbo, aun sacrificando hacerse con el control de DIA. El camino para que la compañía levante el vuelo será complicado y todos los socios que permanezcan en el accionariado tendrán que poner de su parte. Para empezar, en la ampliación de capital que el fondo de Fridman tiene previsto realizar según cierre el acuerdo con los bancos para que DIA pueda hacer frente al vencimiento de los bonos en verano y para financiar el plan estratégico con el que pretenden recuperar la rentabilidad.

LetterOne no ha puesto aún precio a la ampliación de capital pero fijó el mínimo en 0,10 euros por acción. A este valor, los cálculos de los analistas apuntan a una emisión de unos 5.000 millones de acciones, y la necesidad de aportar 0,08 euros por cada acción antigua para mantener al mismo nivel sus participaciones. Si no se acude a la ampliación, la dilución podría llegar a un 89%.

En su última presentación sobre la situación de DIA y sus planes, LetterOne indicaba que los accionistas que permanecieran en el capital de DIA una vez cerrada la opa tendrían que desembolsar 0,80 euros por acción si quieren evitar la dilución en la ampliación.

MÁS DINERO PARA DIA

El deterioro financiero de DIA y la incertidumbre sobre su futuro está pasando factura al negocio de la compañía. La cadena de supermercados tiene previsto publicar sus resultados del primer trimestre el próximo 14 de mayo pero ya ha advertido de que no serán buenos: las pérdidas se situarán en un rango de entre 140 y 150 millones y las ventas comparables han caído un 4,3% hasta marzo.

En los tres primeros meses del año la deuda de la compañía ha incrementado en 250,4 millones, superando ya los 1.700 millones. El patrimonio neto negativo ha pasado de 99 millones al cierre de 2018 a unos 180 millones, según los datos provisionales.

Este hundimiento lento de la compañía es lo que ha llevado a LetterOne a buscar una vía más segura para cerrar la opa y acelerar así la toma de control de la compañía y la implementación de sus planes. Pero algunos analistas señalan ya que los 500 millones de su ampliación podrían no ser suficientes. ¿Habrá cambios en la ampliación? Fuentes cercanas al fondo sostienen que, hasta la fecha, la ampliación de 500 millones se mantiene tal y como se planteó desde el principio. Sólo es necesario cerrar un acuerdo con el 'pool' de bancos acreedores para que LetterOne inyecte al día siguiente el dinero.

Por el momento, los bancos han prorrogado las líneas de financiación actuales hasta el 31 de mayo, dando una semana extra para que la compañía promueva una ampliación de capital o cualquier otro instrumento que permita dar oxígeno a la compañía. Aunque LetterOne lleva semanas negociando con los bancos de DIA y las conversaciones van por buen camino, los acreedores se estarían manteniendo al margen hasta que la opa se resuelva y se defina quién tiene el control de la compañía y el Consejo.

Aún así, la necesidad de mayor financiación ya está sobre la mesa de negociación. LetterOne ha pedido a los bancos "mayor flexibilidad", lo que incluye una nueva línea de financiación de 380 millones, frente a los 170 millones previstos anteriormente. El acuerdo con la banca es una de las líneas rojas marcadas por el fondo de Fridman para hacer la ampliación de capital, pero está por verse si no es necesario hacer algún ajuste extra como ha pasado con su opa.

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