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El buen resultado del PSOE en las elecciones generales del 28 de abril es suficiente para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegue a La Moncloa de la mano de sus dos socios preferentes: Unidas Podemos y el PNV. Los 123 escaños socialistas, sumados a los 42 de la formación de Pablo Iglesias y los 6 de los nacionalistas vascos se quedan lejos de la mayoría absoluta para la investidura en primera vuelta, pero le permiten ir a por una mayoría simple que le evite hipotecarse con los independentistas catalanes. O casi.

ERC, con 15 asientos en el Congreso de los Diputados, y Junts per Catalunya, con 7, ya no son las muletas imprescindibles de Sánchez, que podría verse apoyado por otros partidos regionales y lograr formar gobierno. No obstante, el jefe del Ejecutivo no puede ignorar del todo a estas formaciones, ya que su abstención sí sería garantía de que hay más síes que noes en una segunda vuelta de la futura sesión de investidura. De hecho, los analistas políticos afirman que al menos uno de los dos deberá abstenerse.

Según ha podido saber este medio, los socialistas se inclinan por evitar estos socios y buscar respaldos en otros partidos como Coalición Canaria, además de los ya mencionados, porque que consideran que el pacto con los soberanistas será altamente indispensable. No olvidan que, precisamente, fue la falta de acuerdo con estas formaciones lo que les obligó a convocar elecciones. Además, no han abandonado sus demandas, entre las que se halla un nuevo referéndum en Cataluña.

Tanto ERC como Junts per Cataluña creen que una reedición del 1-O, con garantías y avalada por el Estado, es la "solución" al conflicto independentista. La diferencia está en que para los primeros no es una condición 'sine qua non', mientras que los segundos prefieren inmolarse a ceder. Durante la campaña, el expresidente catalán, Carles Puigdemont, había calificado de "indispensable" para negociar una posible investidura que la otra parte reconozca el derecho a la autodeterminación. Y el diputado Jordi Sánchez supeditó la negociación con el PSOE a que se convocara un referéndum.

Los republicanos también han aprovechado la noche electoral para recordar a Sánchez que él ha ganado en España, pero que "Oriol Junqueras lo ha hecho en Cataluña". Por lo tanto, "ha llegado el momento de abrir un diálogo que lleve a una negociación para hallar una salida política" al conflicto en la región, que pase "por votar un referéndum de autodeterminación", han dicho.

Durante la campaña, el presidente de ERC afirmó que "nadie debería cometer el error de fijar líneas rojas" que se acaben convirtiendo en un "cheque en blanco" para facilitar un gobierno del tripartito de extrema derecha. "Y, a la vez, nadie puede dar cheques en blanco al PSOE que actúen como líneas rojas para una verdadera democracia en Catalunya que todo el mundo sabe que pasa por un referéndum inevitable".

"ERC desobedecería la línea marcada por Junqueras si no apoya a Sánchez", explican fuentes próximas al partido a este medio. "Nadie entendería que al final no pacten con el PSOE", agregan.

Por primera vez en su historia, los republicanos han sido la fuerza catalana más votada en los comicios generales y el independentismo se ha hecho con el 40% del voto. El PSC se ha quedado en segundo lugar, con 12 escaños, mientras que En común Podem ha exeprimentado una de las bajadas más importantes, al quedar en tercera posición con 7 escaños. Ciudadanos ha obtenido 5 escaños y la irrupción de Cayetana Álvarez de Toledo no ha surtido el efecto esperado, ya que el PP ha quedado relegado a un escaño al obtener los peores resultados de su historia. Vox se ha hecho con un escaño en Cataluña.

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