El miedo moviliza a la izquierda para frenar el envite de Vox al Congreso

Pedro Sánchez y los suyos han sido, sin duda, los más beneficiados de la ya conocida como la 'estrategia del miedo'. Los dirigentes socialistas habían llamado al voto alertando del peligro no ya de que Vox entrase en el parlamento, algo que estaba claro y que se ha acabado por cumplir (ha obtenido 24 escaños), sino de que lo hiciese con tanta fuerza que junto al PP y Ciudadanos se repitiese el escenario que puso fin, hace solo cuatro meses, a casi cuatro décadas de gobierno socialista en Andalucía.

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Los avisos han funcionado, el miedo se ha extendido y eso se ha dejado ver en las urnas. Pedro Sánchez, al que muchos ya apodan 'el renacido', ha logrado remontar desde el peor resultado histórico del PSOE, que ha ganado sus primeras generales desde 2008. Con 123 escaños, los socialistas logran dar la vuelta al mal resultado cosechado en 2016, cuando solo logró 84 diputados. Sin embargo, no es suficiente para gobernar en solitario, por lo que necesitará a otras fuerzas para repetir como inquilino de la Moncloa.

El resultado de Unidas Podemos no ha sido todo lo que se esperaban Pablo Iglesias y los suyos, aunque la formación morada ha logrado aguantar el tipo y cosechar 35 diputados, 10 menos que en los comicios de hace tres años. La fuga de votos de Podemos al PSOE ha sido clave para explicar el éxito de Sánchez, pero la formación morada sigue siendo clave para la formación de Gobierno. Ya lo decía Iglesias en su comparecencia para valorar los resultados de los comicios, dejando clave que aspiran a ser la llave y que, por ello, esperan tener sitio en el nuevo Ejecutivo.

Los escaños del PSOE, Unidas Podemos y otros partidos de la izquierda como Guanyem El Canvi (7) y Compromís (1) suman un total de 166 escaños, lejos aún de la mayoría absoluta (176 diputados), aunque lo cierto es que Sánchez tiene varias opciones para formar un Gobierno estable sin depender de los independentistas, que era una de las posibilidades más polémicas que han sobrevolado esta cita en las urnas.

GATILLAZO DE VOX

De hecho, el miedo a Vox se ha dejado notar no solo en los resultados de la izquierda, sino también en los de la propia formación de ultraderecha. El partido ha logrado muchos menos escaños de los que vaticinaban algunas encuestas (los sondeos que se conocían tras el cierre de los colegios electorales le daban hasta 50 diputados), y no será la fuerza decisiva que auguraba el éxito de su campaña.

Vox se ha quedado con un sabor agridulce, porque pese a haber irrumpido en el Congreso, lo cierto es que la ultraderecha esperaba bastantes más escaños, y la movilización social que se había visto en sus actos de campaña parecía avalar esta tesis. Sin embargo, al final el resultado ha sido más descafeinado de lo esperado, y no será un partido decisivo, como sí lo fue en Andalucía, para la formación de Gobierno.