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Albert Rivera no ha logrado tentar al líder del PSOE con la sorpresiva propuesta de este lunes. Los socialistas han expresado su rechazo a la oferta del líder de Ciudadanos de dar su apoyo tácito en la posible segunda investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y han insistido en reclamar la "abstención técnica" de la formación. El aparente giro de guión en el tablero político, antes de que el rey Felipe VI anuncie si hay o no segundo intento de los socialistas para retener La Moncloa, no es tal. De hecho, responde a un cambio de táctica de la fuerza liberal que intenta adelantar al PP por el centro.

Las condiciones que pide Ciudadanos -económicas, el 155 y un cambio de Gobierno en Navarra- ya se cumplen, ha expresado el Gobierno, y "no hay razones objetivas" para asumir esos argumentos. Fuentes socialistas habían confesado a Bolsamanía, inmediatamente después del anuncio de Rivera, que acabarían por rechazar la estudiada mano tendida del presidente del partido naranja. Y desde el minuto cero se la tomaban como lo que es: "Una estratagema para avanzar al resto de fuerzas de derechas de cara a una repetición electoral".

Fuentes parlamentarias explican a este medio que los liberales "buscan la centralidad por delante del PP" y "no quieren ser los culpables de que no haya gobierno". En definitiva, Rivera pretende tomar posiciones para estar bien colocado cuando se anuncien unos comicios el 10 de noviembre que todos los partidos políticos dan por descontados.

El diputado de Compromís, Joan Balldoví, ha defendido que Rivera, como "todo el mundo", está ya "buscando el relato" ante una hipotética repetición de elecciones. A su juicio, el presidente de Cs "está un poco desesperado viendo el cariz que van tomando las encuestas", en las que Ciudadanos "va a la baja", ha señalado. El PP, que ya ha enviado señales de ablandar su postura de negativa a Sánchez, se ha puesto de cara ante la propuesta del partido naranja, pero ha dejado claro que es el jefe del ejecutivo en funciones quien tiene la última palabra. Los populares, a quienes les favorecerán unos nuevos comicios, según los sondeos, también han señalado que el camino a seguir pasa por el desbloqueo de la investidura, aunque después del 10 de noviembre.

Quedan pocas horas antes de conocer la decisión del rey y habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos, pero la maquinaria electoral está en marcha desde la semana pasada, dado el naufragio de las negociaciones entre los socialistas y Podemos. Y si en las elecciones del 28 de abril la pugna estaba en ver quién se colocaba más a la derecha, espoleados por el auge de Vox, PP y Ciudadanos pelean ahora por retomar el centro político.

Quienes tienen las de perder, sin embargo, son los liberales y de ahí la maniobra del partido. La deriva de la formación de Rivera y la cerrajón de su líder a cualquier pacto con Sánchez en el primer intento de investidura de julio se ha cobrado un duro precio. El "no es no" a los socialistas ha provocado un cisma en el partido entre el ala más liberal y afín a la socialdemocracia y el núcleo duro de Rivera que ha derivado en sonadas dimisiones. A la baja de Toni Roldán, se sumó la voz disconforme de Luis Garicano, la marcha del partido de Javier Nart o la dimisión de Francisco de la Torre, a inicios de mes.

Todos estos críticos han cargado contra la radicalización de Rivera, pero el conato de revuelta ha fracasado y el presidente del partido se ha blindado. Hasta que las urnas vuelvan a emitir un veredicto, bajo su tutela, el partido pasó de 32 a 57 escaños, pero el posible descalabro en las próximos elecciones agita de nuevo a los descontentos. La nueva estrategia de Ciudadanos responde también a que estos "vuelven a hacer cola para salirse del partido", explican fuentes próximas.

Más concretamente, las fugas que se barruntan son las de los diputados que ven peligrar su silla por la caída del porcentaje de voto, relatan desde la formación naranja. El reparto de escaños en circunscripciones pequeñas perjudicará especialmente a los liberales, que verán como PP o PSOE se harán con estos municipios, por lo que ya planean su baja de las filas de Ciudadanos. Si dan el paso, los de Rivera podrían hallarse con diicultades para configurar listas en una repetición electoral.

La mayoría de muestreos auguran un mal resultado para la formación de Albert Rivera, que podría llegar a perder 22 asientos en el Congreso en el peor de los casos, según un reciente sondeo de 'El Independiente'. Varias fuentes apuntan a que, de cumplirse estos pronósticos, las bases serán implacables y en las cada vez menos hipotéticas elecciones de noviembre no sólo están en juego escaños, sino la mismísima silla de Rivera.

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