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Trabajador de hostelería en una terrazaEUROPA PRESS - Archivo

Cerca de 50.000 negocios de hostelería de Cataluña dan por sentado que el cierre decretado por el Govern, excepto para ofrecer servicios de comida para llevar, se ampliará más allá del 30 de octubre. Además, la idea de un toque de queda o de un confinamiento perimetral cobra fuerza a la luz del avance de la segunda ola de la pandemia de coronavirus. Fuentes de la Generalitat esquivan dar pistas sobre esta cuestión y se limitan a ceñirse a la evolución de la enfermedad para orientar sus siguientes pasos, mientras los dueños de bares y restaurantes echan cálculos sobre cuánto les toca de los 40 millones destinados a paliar los efectos de las restricciones. Cubrirá sólo el 5,1%, según cálculos de la patronal de las pymes catalanas, PIMEC, de unas pérdidas que ascenderán a 780 millones de euros.

Este martes, el Govern catalán ha aprobado las ayudas, que serán ampliables si se quedan cortas, pero que se deberán compartir con centros de estética, clínicas de belleza, salas de juego y bingos que también han sufrido un parón completo de su actividad durante 15 días, desde el pasado 16 de octubre. Además de los apoyos directos, que groso modo serían de menos de 1.000 euros por establecimiento -con un máximo de 1.500 euros-, la Generalitat también ofrecerá una línea extraordinaria de avales para cubrir necesidades de liquidez a corto plazo a partir de 12.000 euros.

La novedad ha llegado a través de una intervención parcial del mercado del alquiler, aprobada este martes por el Consell Executiu de la Generalitat mediante decreto ley, que fuerza a una rebaja del 50% de los arrendamientos de bares y restaurantes. Según el texto, que reforma el Código Civil, propietario e inquilino deberán llegar a un acuerdo con el fin de repartir las consecuencias negativas de las limitaciones establecidas por el Covid, pero de no llegar a un pacto, pasado un mes, se reducirá el importe del alquiler a la mitad.

Asimismo, se han ampliado a finales de octubre las ayudas del Departamento de Agricultura a los productores que sufrirán las consecuencias del cierre de la restauración hasta un máximo de 100.000 euros por productor, sociedad agraria y cooperativa que hayan visto descender su facturación un 30%. PIMEC calcula las pérdidas de este sector en más de 1.000 millones de euros y reivindica que sufre una grave afectación desde antes de esta última ronda de medidas.

En paralelo, los ayuntamientos han aprobado una serie de moratorias y suspensiones de impuestos municipales hasta 2021. Por ejemplo, en Barcelona, el consistorio mantendrá la rebaja del 75% del impuesto de terrazas y congelará el resto de tasas. Tarragona y Girona han ampliado las exenciones hasta el 100%, mientras otras ciudades han aprobado paquetes de ayuda, como Martorell que inyectará 30.000 euros -1.500 euros por establecimiento- y en Terrassa, el Ayuntamiento abrirá una bolsa de trabajo con parados para repartir comida a domicilio.

Entidades como Hostelería de España y PIMEC han criticado la asistencia financiera a los restauradores que, a su juicio, se queda corta y reclaman planes de rescate y de compensación al sector a imagen de los que se han puesto en marcha en Francia y otros países de nuestro entorno. El Gobierno galo ha anunciado inyecciones de hasta 10.000 euros para negocios de hostelería, cafés y restaurantes de menos de 50 trabajadores que hayan perdido el 50% de su facturación y un paquete de 1.000 millones de ayudas por el toque de queda decretado la semana pasada.

En comparación, la asistencia aprobada en Cataluña es ridícula y obedece a una operación de maquillaje, según José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España. Josep González, presidente de PIMEC, también reclama una ampliación de los ERTE hasta 2021, con un 24,3% de pymes y autónomos catalanes que reivindican una prórroga hasta diciembre del año próximo. Sobre los alquileres, considera la patronal de las pymes catalanas que "no es la mejor medida porque el propietario no debe sufrir las consecuencias de esta situación". En definitiva, denuncian ambas entidades que el sector, que aporta el 6,2% del PIB y emplea cerca de 250.000 trabajadores sólo en la región, se siente ninguneado y teme que se prolonguen las medidas o que se endurezan como en otras capitales europeas.

Con un riesgo de rebrote de 466 puntos y 1.385 pacientes ingresados este martes, el Departamento de Salud de la Generalitat no descarta un aislamiento como el de Navarra o un toque de queda, medida que también medita Madrid y el Gobierno estudiará esta semana. Yzuel pone en acento en que este tipo de limitaciones pueden empeorar la previsión de que 1 de cada 3 bares desaparecerá en España a causa de la crisis del Covid-19, es decir, actualmente hay más de 100.000 locales al borde del cierre.

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