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El anuncio de la primera ministra británica, Theresa May, que ha dicho estar dispuesta a aceptar que se extienda el periodo de transición hasta la salida definitiva de Reino Unido de la Unión Europea (UE), ha provocado una gran controversia. Tanto que son varios los analistas que han alertado de las consecuencias que podría tener retrasar el Brexit para la economía británica.

Según los expertos de Oxford Economics, prolongar el periodo de transición del Brexit (se habla de una posible extensión del periodo de transición hasta 2021) no sería una buena idea. Es cierto que podría reportar ciertos beneficios, ya que ayudaría a desatascar el bloqueo en el que están sumidas las negociaciones, aunque también generaría nuevas luchas políticas en el seno del Partido Conservador británico y alargaría el periodo de incertidumbre sobre la salida de Reino Unido de la UE.

"La prórroga puede ser preferible a saltar de un acantilado, pero conlleva sus propios costes"

En un informe, los analistas de la firma aseguran que de llevarse a cabo esta prórroga ambas partes tendrían que enfrentarse a sus "propios problemas". Por un lado, el Brexit "se solaparía con el inicio del próximo ciclo presupuestario de siete años de la UE, que va de 2021 a 2027", lo que podría traducirse en "una factura más elevada" para Reino Unido del divorcio con sus socios europeos. Si se extiende el periodo de transición, los británicos podrían tener que pagar más por abandonar la UE, aunque "sin poder opinar sobre la forma en que la se gastan las contribuciones adicionales". Un problema nada desdeñable, dice Oxford Economics, si se tiene en cuenta que algunos diputados conservadores ya han dejado claro que una transición prolongada podría dividir aún más a los 'Tories'.

Pero además, desde el punto de vista económico, si se mantiene la situación actual durante un año más y se da más tiempo para llegar a un acuerdo comercial (en principio estaba previsto que el Brexit se materializase definitivamente en diciembre de 2020) la situación "sería positiva para la economía británica y daría ventaja a la libra esterlina" frente a otras monedas, pero a la vez podría afectar a las inversiones. Según los analistas de Oxford Economics, la prórroga "podría frenar las decisiones de inversión al ampliar el periodo de incertidumbre sobre la salida de Reino Unido de la UE".

En esta firma de análisis ni siquiera descartan que algunos aprovechasen la extensión del periodo de transición para revertir el Brexit. "La prórroga puede ser preferible a saltar de un acantilado", dicen estos expertos en referencia a las complicaciones que provocaría un divorcio sin acuerdo, aunque recuerdan que hay que tener en cuenta que "conlleva sus propios costes".

DEMASIADO LEJOS DEL BREXIT PARA QUE HAYA ACUERDO

Por su parte, Danske Bank también ha analizado la situación de 'punto muerto' en el que se encuentran las negociaciones tras el último e infructuoso intento de Reino Unido y la UE para intentar llegar a un acuerdo. El problema, dicen es que "estamos demasiado lejos del día del Brexit para que los políticos lleguen a los compromisos necesarios".

Esta casa de análisis otorga un 75% de posibilidades a un Brexit con acuerdo, en el que el Reino Unido abandone la UE de forma ordenada. "La verdadera prueba para Theresa May será someter el acuerdo de retirada a la votación de la Cámara de los Comunes, ya que hay suficientes partidarios de la línea dura para rechazarlo, a menos que la primera ministra convenza a los diputados laboristas de que voten a favor".

Asignan, además, un 15% de probabilidades a un Brexit sin acuerdo, aunque recuerdan que May está bajo presión y que aún debe superar muchas negociaciones. Casi descartan que haya elecciones anticipadas o un segundo referéndum antes del 29 de marzo, día en que se materializará la salida de Reino Unido de la UE, y ven la posibilidad de que haya un Brexit suave que mantenga a Reino Unido en el mercado único como "poco probable".

Lo que sí parece posible es que las negociaciones aún van para largo. Este miércoles los Veintisiete llegaron a la conclusión de que no tenía mucho sentido reunirse de nuevo en noviembre para hablar del Brexit dada la falta de novedades, por lo que retrasaron la cumbre prevista al mes de diciembre, que será la nueva fecha tope para alcanzar un acuerdo.

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