Santiago Niño Becerra, nino becerra, becerra, economista

¿Qué hemos aprendido de la crisis griega? El economista Santiago Niño Becerra considera que Grecia continúa en el euro porque su expulsión no convenía. Además, se ha pasado por alto la opinión de la ciudadanía y del Gobierno, al que se ha hecho aceptar una propuesta con la que no estaba de acuerdo.

Según expone en un artículo publicado en ‘La Carta de la Bolsa’, titulado ‘Moralejas de la crisis griega (más)’, hay seis lecciones que podemos sacar en claro de lo que ha ocurrido durante los últimos meses de negociaciones entre el Gobierno de Alexis Tsipras y los acreedores:

1.- “En general, la opinión de lo que antes se denominaba ‘el pueblo’ cada vez cuenta menos”. En este sentido, el catedrático de Estructura Económica apunta que “el pueblo puede votar libremente, pero su opinión no detiene lo que es considerado importante”, aunque hay quien “podría decir que el pueblo no debería votar aquello que se considere importante”, en referencia al referéndum que se celebró el pasado 5 de julio sobre las reformas propuestas por los acreedores de Grecia.

"En general, la opinión de lo que antes se denominaba ‘el pueblo’ cada vez cuenta menos"

2.- En segundo lugar, “lo que hay que hacer hay que hacer y cómo hay que hacerlo dando igual el color político de quién/es lo haga/n”.

3.- Siempre, “pero sobre todo en economía”, hay líderes y seguidores. Así, durante la crisis griega hemos visto un claro ejemplo de cómo “los líderes delimitan, acotan, diseñan y ordenan; los seguidores asienten, acatan, hacen y obedecen”.

4.- La expulsión de Grecia del euro no era conveniente debido a que “nadie quiere romper ninguna baraja porque entonces no se podría jugar, y para que siga habiendo negocio es preciso continuar jugando”.

5.- “Lo que antes eran ‘avisos a navegantes’ ahora son avisos también para quienes no navegan”. Así, Niño Becerra considera que lo que ha sucedido con Grecia ha sido una advertencia “para todos los gobiernos y todas las ciudadanías de todos los países del globo”.

"Nadie quiere romper ninguna baraja porque entonces no se podría jugar, y para que siga habiendo negocio es preciso continuar jugando"

6- Cuando se comiencen a aplicar en Grecia las nuevas medidas de austeridad, para lo que se ha dado de plazo máximo hasta octubre, “quedará claro que las ciudadanías son capaces de aguantar, de soportar, de aceptar, mucho más de lo que cada uno de los ciudadanos imaginaba”. A su juicio, cuando esto ocurra “todas ciudadanías tendrán que tomar nota de ello para cuando les llegue su turno”.

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NO INTERESA ROMPER LA BARAJA

“A Grecia no se la ha expulsado del euro porque no interesaba ya que se hubiese roto una baraja.”, reflexiona Niño Becerra. En este sentido, opina que “se le ha hecho ver que era conveniente que hiciese algo, independientemente de lo que dijese su ciudadanía porque lo que su ciudadanía había dicho no era importante”.

Asimismo, recuerda que “eso que era conveniente ha sido firmado por un Gobierno que no estaba de acuerdo con la propuesta y que recomendó a su ciudadanía votar ‘No’”, en referencia a la campaña en contra de las medidas de los acreedores que hicieron el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, y el entonces ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, así como a las numerosas declaraciones en las que Tsipras ha reconocido que no estaba de acuerdo con las condiciones impuestas por los socios y acreedores de Grecia.

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