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No hay nada que hacer porque la recesión mundial es ya algo "inevitable". Así lo aseguran los analistas del mercado, que se muestran muy pesimistas sobre el devenir de la economía global ante los últimos acontecimientos. Las dudas habían vuelto con fuerza a causa de la rápida expansión del coronavirus, pero ahora la guerra de precios del petróleo que se ha abierto entre Arabia Saudí y Rusia por la negativa de esta última a apoyar el recorte a la producción planteado por la OPEP, con el objetivo de frenar la debacle por el impacto del brote en la demanda, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

"El impacto final que la guerra del precio del petróleo tendrá en una economía mundial ya vulnerable que lucha por hacer frente a la propagación del coronavirus sigue siendo desconocido. El riesgo de una corta pero severa recesión mundial en 2020 se ha incrementado dramáticamente", dice Nigel Green, director general y fundador de la consultora deVere Group.

Bajo su punto de vista, la ruptura entre Arabia Saudí y Rusia es un tema que "no se resolverá de la noche a la mañana" y que, por tanto, tendrá "consecuencias de gran alcance". "Llega mientras el mundo se esfuerza por hacer frente al caos del mercado y a las consecuencias económicas causadas por la implacable propagación mundial del coronavirus", destaca este experto, que afirma que "con la combinación de las implicaciones en el petróleo y el brote, ahora creo que es casi inevitable que haya una recesión global este año".

El problema es que tanto la oferta como la demanda de los consumidores se están viendo afectadas en sectores clave como turismo, hostelería, fabricación y venta al por menor, y los analistas auguran que se extenderá a otros. "Es probable que este escenario se alimente de sí mismo: falta de confianza y gasto del consumidor, falta de inversión empresarial, más recortes de puestos de trabajo, lo que significa aún menos gasto y demanda, lo que lleva a más recortes de puestos de trabajo", comenta Green.

Y no es el único que piensa así. Patrik Lang, jefe de renta variable y estrategia de renta variable global de Julius Baer, afirma que "los inversores están cada vez más preocupados por las consecuencias económicas del brote de coronavirus, que es complejo ya que incluye los efectos de la oferta, la demanda y la confianza". La razón es sencilla: el recorte de tipos de la Reserva Federal estadounidense (Fed), que además acaba de aumentar la liquidez, "no ha logrado calmar los nervios" porque estas medidas "no ayudarán a contener las consecuencias económicas negativas de la enfermedad".

"Se necesitarán más medidas financieras, incluyendo gastos fiscales, inyecciones directas de liquidez y créditos fiscales para ayudar a las empresas y a los individuos a soportar las dificultades", tanto de la Fed como del resto de bancos centrales, defiende Lang. Su colega Norbert Rücker, jefe de economía e investigación en Julius Baer, cree por su parte que a menos que las petro-naciones cambien de rumbo una vez más, la economía mundial tendrá problemas. "Esta tormenta perfecta en los mercados petroleros trae vientos de frente adicionales a la economía global, elevando la incertidumbre a niveles aún más altos", señala.

El mercado descuenta la recesión, y así lo remarca Neil Wilson, de markets.com. "Ni siquiera sabemos qué tipo de impacto tendrá el coronavirus en la economía, pero los mercados de bonos y acciones están gritando recesión. Esto va a requerir un esfuerzo fiscal masivo. Reducir las tasas en 50 puntos básicos no va a reducirlo", señala en referencia a la bajada de tipos de la Fed. Es más, afirma que movimientos como el del petróleo "son de temer, ya que pueden conducir a un agresivo endurecimiento del crédito que puede desembocar en verdaderas dificultades financieras".

"La caída libre de los precios del petróleo podría acelerar los riesgos de recesión", y "ahí es donde están los verdaderos riesgos", afirma por su parte Hussein Sayed, jefe de estrategias de mercado de FXTM. Ocurre cuando el pánico en Wall Street y en el resto de bolsas "se extiende a la calle" y cuando la recesión se convierte en "una situación de la que no puedes escapar". Richard Hunter, jefe de mercados de Interactive Investors, cree que el precio del petróleo "ha sido la última víctima de una historia en evolución que ha aumentado los temores de una posible recesión mundial, iniciada por el brote del coronavirus".

Como dice el analista de Interactive Investors, "China ha confirmado que sus exportaciones cayeron en más de 17% en enero y febrero, e incluso aunque el virus está mostrando signos de estabilización tanto allí como en Corea, las preocupaciones se han trasladado ahora al impacto tanto en Europa como en EEUU", dice. "En el mejor de los casos, parece que el primer trimestre será una especie de cancelación en términos económicos y, a medida que pasen las semanas, podría pasar también al segundo trimestre".

"Vemos una clara posibilidad de una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) en EEUU y la zona euro durante el primer semestre, seguida de una recuperación en la segunda mitad del año, a medida que la producción y la demanda se normalizan", afirma Joachim Fels, de PIMCO, que ve "muy probable que Japón ya esté en recesión". No obstante, incide en que "en ausencia de grandes desequilibrios económicos internos, el descenso o la recesión técnica en las economías avanzadas debería ser relativamente leve y breve (aún suponiendo que el brote alcance su punto máximo en los próximos dos meses)".

LA CAÍDA DEL PETRÓLEO, ¿UNA BUENA NOTICIA?

Aunque también hay analistas que ofrecen otro punto de vista, como Russ Mould, director de inversiones en AJ Bell, que explica por qué la caída del precio del petróleo podría ser una buena y no una mala noticia para la economía mundial. "La historia muestra que un aumento del 50% interanual del precio del petróleo ha tendido a provocar una desaceleración del crecimiento del PIB mundial y un aumento del 100% interanual casi siempre ha supuesto el inicio de una recesión, debido al impacto en el poder adquisitivo de los consumidores y en la base de costes de las empresas".

"Lo contrario también es cierto", dice, porque "el petróleo ha bajado un 46% interanual, y desde 1970 ha habido tres casos en los que el petróleo ha bajado un 50% interanual o más. En cada ocasión (1986, 2008-09, 2015-16) las tasas de crecimiento del PIB mundial mejoraron", asegura este experto. "Las fuertes caídas del petróleo que no llegaron a la marca del 50% en 1989, 1992, 1998 y 2001-02 tampoco perjudicaron el impulso económico y si algo lo ayudó, fue gracias al beneficio para el poder adquisitivo de los consumidores y la reducción de los costes de los bienes de muchas empresas", concluye.

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