Europa acordó este lunes, tras meses de intensas negociaciones, un mecanismo para limitar los precios del gas natural. En concreto, la UE pondrá a partir del 15 de febrero de 2023 un tope de 180 euros el megavatio hora (MWh) en las compras de gas. Sin embargo, algunos expertos creen que la medida podría no ser tan beneficiosa como se estima. "Aunque los términos y condiciones son más estrictos que los de la propuesta anterior (275 euros/MWh), el impacto probablemente siga siendo menor", dicen los analistas de Julius Baer.
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Y es que los estrategas del banco suizo consideran que "hay varias lagunas que limitan su eficacia a la hora de aplacar las nefastas consecuencias económicas de la crisis energética". Así lo apunta Norbert Rücker, director de Economía y de Investigación Next Generation de Julius Baer, que cree bromea con que se ha alcanzado este acuerdo porque los responsables políticos "querían quitarse esta tarea de encima antes de las vacaciones de invierno".
Este analista apunta que a pesar de que los factores desencadenantes del tope "son más estrictos", ya que incluyen un nivel de precios más bajo, en torno a 180 euros por megavatio hora, un periodo de activación más corto y un ámbito de aplicación ampliado en cuanto a los contratos cubiertos, "nuestras interpretaciones no han cambiado: el impacto es probablemente menor".
En concreto, según el acuerdo alcanzado, el mecanismo se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros respecto a los mercados internacionales. Una vez activado, el límite de oferta dinámica se aplicará durante al menos 20 días hábiles, pero si el límite de puja dinámica es inferior a 180 euros/MWh durante los últimos tres días laborables consecutivos, se desactivará automáticamente.
También se desactivará automáticamente, en cualquier momento, si la Comisión Europea declara una emergencia regional o ante una situación de "racionamiento" en la que el suministro de gas sea insuficiente para satisfacer la demanda de gas, según informó el Consejo Europeo en un comunicado.
Rücker dice que en el banco suizo mantienen su opinión sobre la limitada eficacia de la medida porque, en primer lugar, "las probabilidades de que se activen las condiciones son bajas", y en segundo lugar, porque "hay muchas lagunas, incluida la exclusión de todos los contratos de futuros y, especialmente, del mercado extrabursátil". Como dice, "si se activan, es muy probable que los agentes del mercado abandonen las bolsas y recurran a contratos bilaterales extrabursátiles para cubrirse".
Pero no acaba ahí la cosa. En tercer lugar, comenta este experto, "el mecanismo hace poco por amortiguar el efecto de amplificación tan especial de esta crisis energética: el vínculo del mercado del gas natural con el mercado de la electricidad". Recuerda Rücker que este vínculo "amplifica cualquier subida de los precios del gas natural en una subida de los precios de la electricidad económicamente más perjudicial debido a la dinámica de orden de mérito incorporada en las subastas del día anterior".
Sin embargo, destaca, el mecanismo de limitación "se aplica a los mercados de futuros y no a los precios al contado del gas natural, que parecen determinar principalmente los precios de la electricidad". De hecho, apunta, "esta medida no es una solución a los retos que plantea la crisis, sino que corre el riesgo de empeorar la situación".
Y es que en su opinión, "el argumento económico de manual es que los precios máximos silencian las necesarias señales de escasez y frenan así los mecanismos de autocuración del mercado". Además, incide en que "las consecuencias de un probable desplazamiento de las actividades de cobertura a los contratos extrabursátiles aumentan los costes de los seguros y elevan los riesgos financieros, otro resultado inferior".
El estratega de Julius Baer afirma que la mayoría de los economistas "están perplejos ante esta solución política y probablemente solo se consuelen con el hecho de que el mecanismo de limitación de precios solo sea válido durante un año". "La buena noticia, como han comentado algunos, es que ahora la política puede centrarse en otras cosas", concluye.
