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¿Se avecina una recesión? Es la gran pregunta que planea sobre los mercados desde hace semanas. Son ya muchos los expertos que han advertido sobre el futuro de la economía, entre ellos Carl Icahn e incluso los estrategas de Goldman Sachs, aunque de momento una desaceleración es la opinión del consenso. Nadie pronostica todavía una recesión, pero los inversores deben permanecer alerta. Lo mejor que pueden hacer es seguir de cerca estas cinco señales que les darán la clave para saber si nos dirigimos, o no, hacia el peor escenario.

"Los banqueros centrales, los políticos, los equipos de dirección de las empresas y el público, comprensiblemente, siguen preocupados por los precios del petróleo, y el impacto de la inflación en la capacidad y la voluntad de gastar de los consumidores es una de las principales razones que explican los recortes de las previsiones de crecimiento del PIB mundial realizados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)", afirma el director de inversiones de AJ Bell, Russ Mould.

Este experto recuerda que "son los acontecimientos inesperados los que mueven los precios de los mercados financieros más que los esperados", por lo que "los inversores deben estar atentos a un crecimiento más fuerte o más débil de lo esperado", porque eso dará pistas sobre si la economía mundial camina hacia la recesión. Y no solo eso, ya que Mould defiende que hay cinco señales que pueden seguirse de forma rápida y sencilla (y gratuita) que ayudarán a los inversores "a decidir lo que puede venir a continuación: un período de crecimiento (¿inflacionario?) a toda velocidad, una desaceleración (¿estanflacionaria?) o una recesión (¿deflacionaria?)".

Son los siguientes:

1. Precio del petróleo

"El precio del crudo es, de hecho, un impuesto, ya que aumenta los costes y reduce los márgenes y el flujo de caja de las empresas, y reduce la renta disponible de los consumidores y su capacidad de gasto", destaca el estratega de AJ Bell, que cree que aunque el precio del 'oro negro' de 147 dólares por barril no ha provocado una recesión como la de 2007-2009, "sí puede haber llevado a una economía mundial frágil y endeudada -y a unos mercados financieros febriles y excesivamente apalancados- al límite".

Bajo su punto de vista, "parece razonable preguntarse si el petróleo está a punto de volver a causar estragos y provocar una recesión, o al menos una estanflación".

2. Cobre

¿Por qué el cobre es un buen indicador a tener en cuenta? Según explica el analista de la firma británica, "este metal maleable, conductor y dúctil tiene tantos usos en las infraestructuras, los coches, los productos eléctricos y la construcción, entre otros, que se considera un buen indicador de la salud de la economía, y de ahí su apodo, Dr. Cobre".

"La buena noticia es que el precio de la materia prima sigue siendo fuerte, a pesar de los temores sobre la economía china y la desaceleración de la actividad de la construcción en particular. No está tan claro si esto apunta a una perspectiva inflacionista o estanflacionaria, pero al menos habla en contra de una recesión", comenta Mould.

3. Dow Jones Transporte / Dow Jones Industrial

"Mucho menos alentador es el desplome del índice Dow Jones de Transporte. Esta cesta de valores de transporte marítimo, ferroviario, de camiones y de aerolíneas alcanzó su máximo en noviembre y ha perdido mucho impulso en el último mes", destaca el experto de AJ Bell. Además, recuerda la teoría de Richard Russell que dice que la economía, y por extensión el Dow Jones Industrial, no pueden ir bien si el índice de transporte no va bien.

"Si la economía es fuerte y los bienes se venden, las existencias deben reponerse y enviarse. Si la economía es débil y los bienes no se venden, no hay que llenar las estanterías, no hay que fabricar ni trasladar los bienes y los camiones, aviones, trenes y barcos permanecen inactivos", dice Mould. No obstante, destaca que "hasta ahora, el Dow Jones Industrial está haciendo todo lo posible por ignorar la pérdida de impulso del índice de Transporte", pero se trata de una tendencia que "requiere una cuidadosa atención".

4. Empresas pequeña capitalización

También el estratega de la firma británica aconseja seguir muy de cerca el desempeño de las 'small caps'. Como explica, "la caída de las empresas de pequeña capitalización, a ambos lados del Atlántico, también es motivo de preocupación y, como mínimo, alimenta la narrativa de la desaceleración, y posiblemente la de la recesión".

Según Mould, las empresas más pequeñas "tienden a depender más de su economía doméstica y tienen listas de clientes y gamas de productos o servicios menos diversas". Por ello, "pueden ser más sensibles a los cambios en el impulso económico que las multinacionales del S&P 500 o el FTSE 100", resalta.

5. Índice SOX (Philadelphia Semiconductor)

Por último, desde AJ Bell creen adecuado tener muy en cuenta el desempeño del índice Philadelphia Semiconductor, conocido como SOX. "Una fuente aún más sorprendente de la reciente debilidad de los precios de las acciones es el SOX. Este índice de referencia de treinta fabricantes mundiales de chips de silicio y de equipos de fabricación de chips también está empezando a tambalearse, a pesar de la conocida escasez mundial de semiconductores", apunta Mould.

"A fuerza de ser omnipresentes, los chips de silicio son una buena guía de la actividad económica mundial, ya que se encuentran en todo, desde los aparatos eléctricos de consumo hasta los servidores, pasando por los coches, los robots y los teléfonos móviles o los contadores inteligentes. También son muy apreciados por los inversores que buscan el impulso -ya sea en los beneficios, en el precio de las acciones o en ambos- y, como tales, pueden ser un buen indicador del apetito de riesgo de los mercados financieros en general", destaca este experto.

Cono dice, los productores de chips están aumentando su gasto de capital y su capacidad para intentar resolver la escasez, "pero en caso de desaceleración o recesión, el mercado podría alcanzar el equilibrio de una manera inesperada, es decir, con una demanda más débil en lugar de un aumento de la oferta". Por tanto, en AJ Bell creen que los inversores del SOX "estarán atentos a cualquier signo de debilidad en los principales mercados finales de los chips de silicio", como los de la automoción, los dispositivos móviles, la informática y los servidores, especialmente si los precios de la energía, los alimentos y los combustibles.

"El panorama económico dista mucho de ser claro y, francamente, si lo fuera, los precios de las acciones ya lo habrían valorado y se habrían movido. La economía no es el mercado de valores y viceversa. Si se produce una recesión, los mercados decidirán en algún momento que las perspectivas son tan malas que sólo pueden mejorar y empezarán a descontar un repunte, mucho antes de que los datos muestren cualquier signo de mejora", concluye.

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