El mercado de las criptodivisas lleva semanas ajeno a los vaivenes de las bolsas, las materias primas o las divisas y se ha embarcado en una especie de placidez aburrida, donde cada jornada es prácticamente un calco de la anterior. En este contexto, las oscilaciones en los precios del bitcoin no superan el 1% o 2% y el resto de monedas de cifrado más negociadas presentan algo más de acción, pero insuficiente para mover la capitalización de la franja de los 200.000 millones de dólares en números redondos.
El aburrimiento es tal que, según Naeem Aslam, de Think Markets, es menos volátil que el Nasdaq y el S&P500. Los analistas esperan un catalizador que rompa la monotonía, pero no llega y la volatilidad a la que nos había acostumbrado el sector de los activos de cifrado ha desaparecido hasta el punto que ha tocado mínimos no vistos desde 2016.
El indicador de los vaivenes del mercado más usado por los inversores, que toma una media de los últimos 30 días de operaciones, se ha desplomado a su peor nivel en casi dos años. La medida ha arrojado resultados vistos por última vez en diciembre de 2016, meses antes de que se iniciara la fiebre del bitcoin que lo llevó a su récord histórico en diciembre de 2017, en los 20.000 dólares.
Pero la moneda virtual por excelencia se ha estancado en la franja de los 6.500 dólares, en un prolongadísimo movimiento de consolidación de la corrección de un 70% que experimentó desde estos niveles. Y en estas sigue desde hace meses.
Craig Erlam, analista de Oanda, se muestra escéptico ante el largamente anunciado repunte alcista de la divisa, por el que debe cerrar el año más cerca de los 10.000 dólares que de los 6.000. "Si vemos una quiebra al alza de los niveles en los que se halla encapsulado, atraerá momentum, pero no vemos un catalizador claro", señala este experto.
Apunta también que los últimos meses de calma pueden haber dado la oportunidad de aportar mejoras al 'criptoespacio' que refuerce la tecnología de las monedas de cifrado. Aslam, por su parte, indica que la reducción de la volatilidad es una gran noticia para los reguladores, ya que puede allanar el camino para que la Securities Exchange Comission de EEUU (SEC) apruebe el primer fondo cotizado en el bitcoin.
