• El crecimiento desde 2005 de España podría superar en breve al de Francia
  • Las políticas de Hollande han sido un fracaso, advierten en Berenberg
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Las economías de España y Francia han vivido evoluciones totalmente diferentes en los últimos 15 años. La francesa resistió mejor la crisis y se ha mostrado más estable. Sin embargo, ahora da señales de debilitamiento mientras la española está lanzada.

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El economista jefe de Berenberg, Holger Schmieding, y el economista Kallum Pickering, han utilizado un gráfico de Eurostat para comparar la evolución de dos de las economías más importantes de la zona euro. El gráfico empieza en 2005 y se compara el crecimiento del PIB real respecto al dato de ese año. Hasta 2008, el crecimiento era mucho más fuerte para España, y con la crisis iniciada ese año también fue mayor la caída. De hecho, en 2011 el crecimiento respecto a 2005 era mayor ya para Francia. Ahora, la economía francesa se ralentiza y la española rebota de tal forma que podría volver a situarse por encima en crecimiento real desde 2005 este año o el próximo.

Schmieding y Pickering analizan esta evolución y las principales características de la comparación de ambas economías en cinco claves:

ESPAÑA: AUGE Y CAÍDA... Y RÁPIDO REPUNTE

Después de la catástrofe de Lehman, ni los bancos, ni las empresas, ni los hogares, ni el presupuesto del Gobierno en España, estaban listos para este segundo golpe

A través del sector inmobiliario y un flujo rápido de entradas de inmigrantes que buscaban trabajo en la construcción, España vivió un sólido crecimiento en 2005, 2006 y 2007. Sin embargo, cuando estalló la burbuja del ladrillo después de la quiebra de Lehman Brothers, el golpe fue mucho mayor para España. El PIB cayó durante dos años de forma vertiginosa hasta recuperarse sólo de forma tímida a mediados de 2010, explican los economistas de Berenberg.

CRISIS DEL EURO

Cuando las economías europeas empezaban a reponerse del shock de la crisis financiera internacional llegó la crisis de deuda desatada por Grecia. El contagio provocó que España e Italia pasaran un momento muy complicado en 2011, y España se sumergió en una nueva crisis profunda. “Después de la catástrofe de Lehman, ni los bancos, ni las empresas, ni los hogares, ni el presupuesto del Gobierno, estaban listos para este segundo golpe”. De esta forma, el PIB español volvió a caer fuertemente. Tras reformas “serias” y el compromiso del Banco Central Europeo (BCE) en el verano de 2012 para contener el contagio, y la recapitalización de algunos bancos, España volvió al crecimiento a mediados de 2013.

“Ahora es una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo occidental, con un rebote intertrimestral del 1% en el segundo trimestre del PIB hasta una tasa interanual del 3,1%”, señala Holger Schmieding.

FRANCIA PARECE MÁS ESTABLE

La economía francesa avanzaba más tranquila y de forma más moderada antes del boom de Lehman, y sufrió una recesión menos profunda que la española seguida de un rebote “respetable” en 2009 y 2010. Al tener bajas tasas de endeudamiento en los hogares, explica el experto, Francia no estuvo entre las mayores víctimas del pánico del mercado en plena crisis del euro. No obstante, el crecimiento se desaceleró en 2011, pero sin entrar en recesión. “Hasta el momento, Francia está todavía por delante de España. Francia no es un país en crisis”.

Si Francia no va más allá de sus pequeñas recientes reformas, pronto caerá por debajo de España y de muchos otros países del euro

MODELO DE CRECIMIENTO LENTO

Mientras que España cosecha frutos de sus reformas y se recupera a “una velocidad impresionante”, aseguran estos economistas, “Francia no parece salir adelante. Esto es preocupante”. El petróleo barato, el euro más competitivo y una postura mucho más agresiva del BCE, “deben levantar el crecimiento francés más allá del 1% de tasa interanual que el débil crecimiento que alcanzó en el segundo trimestre”.

¿QUÉ HAY DE MALO EN FRANCIA?

Schmieding y Pickering consideran que cuando Mario Draghi, presidente del BCE, puso fin a la crisis del euro con medidas excepcionales y con aquella frase en la que aseguraba que “el euro es irreversible”, el presidente de Francia “comenzó a poner en práctica sus promesas electorales de izquierda”. François Hollande es presidente de la república desde 2012. Por ejemplo, una tasa impositiva máxima del 75%, que aunque no se aplica a muchas personas, “se envía la señal a los inversores franceses y extranjeros de que Francia es un mal lugar para ganar dinero y crear puestos de trabajo”, algo que ocurre también con otras políticas, aseguran estos dos economistas de Berenberg.

Así, la inversión empresarial francesa “sigue disminuyendo”. Y ni el petróleo barato ni la política monetaria del BCE han impulsado la economía en gran medida. “Si París no va más allá de sus pequeñas recientes reformas, pronto caerá por debajo de España y de muchos otros países del euro”.

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