En noviembre de 2017 comenzó una revolución en el sector de los planes de pensiones con el lanzamiento de Feelcapital 50, el primer plan totalmente asesorado por algoritmos en nuestro país. Muchos inversores dudaban de que los partícipes de un producto de ahorro que recibe recomendaciones de un Robo Advisor pudiera obtener beneficios. La realidad les ha quitado la duda: Feelcapital 50 ha obtenido una rentabilidad del 12,29% en 2019, muy por encima de los resultados obtenidos por los cinco planes de pensiones más vendidos de España, que de media no han superado el 5,6%.
Duele pensar, como comentábamos en nuestro anterior artículo, que pese a los buenos resultados obtenidos por los mercados en el ejercicio anterior ninguno de los grandes planes comercializados por tres de las grandes entidades financieras haya sido capaz de alcanzar rentabilidades de dos dígitos.
El mes de enero puede ser un buen momento para hacernos cuestiones. Si los mercados se han comportado de una manera muy diferente al año 2018, ¿por qué los planes de pensiones no se han gestionado mejor? ¿Por qué no se han acercado a los resultados de la mayoría de los productos financieros?
Hay mucho que explicar, pero es evidente que ni los gestores de esos productos han hecho bien su trabajo ni tampoco los partícipes se han preocupado mucho por ellos. Si de verdad lo hubieran hecho, solo tenían que haberse acercado a su entidad financiera para cambiarlos por otros mejores. Con el traspaso puedes intentar mejorar la rentabilidad, o al menos intentarlo.
Es evidente que estamos anestesiados por las entidades financieras, y también por los políticos. La última de estos: descartar la "mochila austríaca" por las presiones que el nuevo Gobierno ha recibido de sus socios. Así, insistimos, no se arreglan los problemas de la jubilación. Seguiremos atentos a los acontecimientos que se produzcan pero recordamos que una buena fórmula para asegurarnos un futuro mejor pasa por una combinación entre planes de pensiones privados, planes de empresa y prestaciones del Estado. Europa ha marcado el camino, pero aquí preferimos mirar hacia otro lado mientras los algoritmos ganan por goleada a las entidades financieras.
