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En esta ocasión vamos a tratar un par de figuras que a menudo suelen ser equivocadas por muchos inversores minoristas. Y es que en muchos casos se confunde la labor de gestión con la del asesoramiento en fondos de inversión y en absoluto es lo mismo asesorar que gestionar.

Vamos a explicar las funciones que desempeñan estas dos figuras (gestor y asesor) dentro del mundo de los fondos de inversión para ver de una manera clara las diferencias, tanto en funciones como aptitudes, que deben de tener este tipo de profesionales del mundo de la gestión de activos.

Un gestor de fondos de inversión se dedica principalmente a la gestión diaria del fondo de inversión. Es decir, es la persona encargada de administrar y coordinar la gestión del fondo de inversión y gestiona el patrimonio en nombre de los clientes para obtener la mayor rentabilidad posible para los ahorros de estos, siempre cumpliendo los preceptos del fondo de inversión previamente establecidos.

Por su parte, un asesor de fondos de inversión es un profesional dedicado principalmente al asesoramiento y planificación del patrimonio del cliente, es decir, le indica en qué vehículos financieros debe invertir para maximizar su patrimonio tanto financiera como fiscalmente.

Resumiendo, el gestor se dedica a gestionar el vehículo inversor y la labor del asesor es gestionar el patrimonio del inversor indicándole qué vehículos son más adecuados para dicho patrimonio.

A pesar de haber definido la diferencia principal que existe entre estos dos tipos de profesionales de la gestión de activos, existen otros conceptos más específicos que también distinguen las funciones de cada uno de estos perfiles profesionales y son los siguientes:

1. Conocimiento

Por un lado, mientras que el gestor de fondos debe de tener un conocimiento muy profundo de los mercados, la macroeconomía y de las compañías que operan en estos para poder tomar decisiones de inversión con la mayor garantía posible, la labor de asesoramiento financiero prioriza el conocimiento del cliente, centrándose en averiguar cuál es su perfil de riesgo, su patrimonio, sus objetivos financieros y de vida, para, en función de estos parámetros, poder determinar una cartera o productos de inversión que sean adecuados según sus intereses financieros.

2. Cualidades de cada perfil

Focalizándonos en el perfil del asesor financiero, debemos exigir principalmente a esta figura la mayor independencia y transparencia posible. Debido a esto se requiere una base sólida en conocimientos financieros para poder determinar con garantías las carteras a los clientes en función de su perfil de riesgo. También debe de tener una base fiscal muy sólida, que tenga la capacidad de establecer un plan fiscal que incorpore todas las variables fiscales que afectan a un inversor.

Por último, un asesor debe tener unas habilidades comunicativas muy potentes que le permitan empatizar con los clientes a la hora de explicarles por dónde navegan los contextos económicos, que no siempre traerán buenas noticias para los inversores.

Respecto a un gestor de fondos, las cualidades suelen ser diametralmente opuestas a las exigidas a un asesor. Se les exige tener un conocimiento más profundo de los mercados y de las compañías que participan en ellos. Suelen ser ávidos lectores en materia económica que les aporte una visión crítica y objetiva del mundo financiero. Pero, sobre todo, una característica que define a un buen gestor es la templanza y paciencia a la hora de tomar decisiones de inversión.

3. Formación

Si bien es cierto que la profesión de gestor de fondos no es una profesión que esté regulada por ley y existen una gran variedad de perfiles profesionales que se dedican a la gestión de activos, un buen punto de partida sería una carrera relacionada con el sector financiero, como puede ser ADE o Finanzas, y optar posteriormente por una especialización vía máster o postgrado sobre la gestión de activos.

Mientras, el perfil del asesor financiero comienza a estar más regulado. Especialmente desde la crisis financiera, cuando se comenzó a desarrollar las regulaciones y leyes que hoy están vigentes como MiFID y MiFID II. Desde la entrada en vigor de esta última normativa en el año 2018, los asesores financieros que quieran asesorar deben de poseer una de las certificaciones validadas por la CNMV que certifiquen dicha preparación. Los asesores financieros suelen tener estudios superiores relacionados con las finanzas y postgrados relacionados con la gestión de patrimonios y banca privada, lo cual les garantiza las habilidades necesarias para poder llevar a cabo sus funciones.

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