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El primer paso para invertir y atinar, es conocerse a uno mismo, clave en el mundo real, y como no podía ser menos importante en el de las finanzas personales, según el riesgo que estés dispuesto a asumir, así será tu ganancia.

En este sentido, una de las cuestiones más importantes antes de lanzarse en esta aventura, es determinar cuál será el perfil de riesgo donde nos sentiremos más cómodos. Normalmente clasificamos los perfiles de riesgo en tres categorías: conservador, moderado y arriesgado o agresivo.

Para ayudarte a pensar sobre tu actitud hacia el riesgo a la hora de invertir, partiremos de tus propias circunstancias y objetivos. Así clasificamos los distintos perfiles de riesgo-rentabilidad.

Conservador: para aquellos inversores para los cuales es una prioridad conservar su capital y su liquidez. Pueden tener poca experiencia de inversión pero aceptan que asumir algo de riesgo puede ser necesario para obtener buenos rendimientos, visiblemente superiores a los disponibles en productos como depósitos en efectivo o a plazo fijo.

Moderado: para aquellos inversores que valoran la oportunidad de obtener rendimientos atractivos pero que no desean exponer su capital en activos que le ofrezcan un riesgo alto, como la renta variable. Su experiencia de inversión es moderada y son conscientes que el valor del capital invertido puede fluctuar. Este tipo de inversor no tiene una necesidad inmediata de recuperar su liquidez y comprende que el mayor rendimiento se produce del medio al largo plazo.

Arriesgado: es el propio de las personas con una dilatada experiencia en la inversión y además se divierten e interesan. Este perfil de inversor está dispuesto a arriesgar una gran parte de su capital en activos que suponen un alto riesgo, con el objetivo de obtener rentabilidades palpablemente superiores a la inflación de la moneda en la que invierten. Entienden que una cartera de alto riesgo puede involucrar importantes fluctuaciones del capital invertido; al mismo tiempo hay bloqueo de liquidez en el corto plazo y el horizonte de inversión puede superar los 5 años.

En cualquier caso, no hay que considerar la inversión como un juego, en el que lo importante es participar. Se trata de un terreno en el que se puede perder mucho dinero, si no se calibra bien el riesgo de la inversión.

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