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En medio de la habitual volatilidad en los bonos y las acciones a golpe de descontar la trayectoria de la política del Banco Central Europeo (BCE) a corto plazo, y en el momento de la inminente desaceleración económica, el mercado ha descontado con calma y frialdad una historia relativamente relativamente simple. El euro está ahora a un paso de la paridad con el dólar estadounidense y los expertos de Pantheon Macroeconomics se resisten a predecir un suelo en las caídas mientras miran hacia el tercer trimestre.

"Sería difícil encontrar una historia más bajista para el euro/dólar que la guerra en Ucrania. La invasión rusa ha puesto patas arriba la arquitectura energética y de defensa europea, y las sanciones han roto los vínculos económicos entre Rusia y Europa en el espacio de seis meses", dicen estos expertos. "La economía de la zona euro se adaptará a esta nueva realidad, con el tiempo, pero primero viene el dolor", afirman.

La guerra en Ucrania ha aplastado la confianza de los consumidores y ha generado un shock en el comercio mundial, ya que el coste de las importaciones de energía se ha disparado. La zona euro tiene ahora un déficit comercial de bienes del 2,5% del PIB frente a un superávit del 2,5% a principios de 2021. Teniendo en cuenta que la europea es una economía orientada a la exportación, es lógico que la moneda se haya debilitado. "Somos conscientes de que el espectacular desplome del euro/dólar enmascara una caída menos dramática del euro ponderado por el comercio ponderado por el comercio", indican los expertos de Pantheon. "Dicho de otro modo, el dólar ha subido contra todo", elaboran.

Sin embargo, "el del euro/dólar sigue siendo el precio clave a vigilar", avisan. La guerra en Ucrania ha hecho que Europa sea aún más dependiente geopolíticamente de Washington, ya que la OTAN ha aumentado drásticamente su presencia en Europa del Este. Y lo que es más importante, las interrupciones en los mercados energéticos de Europa y el aumento de los riesgos de seguridad son un sustituto de una transferencia monetaria directa y considerable de la zona euro a los Estados Unidos.

Ahora Europa tiene que mirar al otro lado del charco para sustituir el petróleo y el gas rusos, a corto plazo. Y es difícil imaginar un rápido aumento del gasto en defensa sin sin compras significativas de equipos estadounidenses, incluso teniendo en cuenta la importante industria de defensa europea.

A corto plazo, un euro más débil impulsará un aumento del déficit comercial a medida que aumente el coste de las importaciones de energía. En general, los expertos de la firma de análisis británica no creen que la actual relación económica económica y política entre Rusia y Europa alcance un equilibrio estable. "Suponiendo que evitemos la Tercera Guerra Mundial, las tensiones se aliviarán, eventualmente, pero no sucederá en la segunda mitad del año", indican. Por este momento no creen que sea momento de comprar euros.

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