• Este jueves se vota en el Congreso el límite del déficit, paso previo a los presupuestos
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(I-D) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; y el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, Eduardo Parra - Europa Press

Jornada clave para los presupuestos de 2020 la que ha afrontado el Gobierno de Pedro Sánchez este jueves, cuando se ha aprobado en el Congreso la senda del déficit y el límite del gasto. El Ejecutivo requería superar con éxito este paso que precede a la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y para ello precisaba la abstención de las fuerzas independentistas, en especial la de Esquerra Republicana (ERC), que ha conseguido.

Una vez puesta en marcha la mesa de diálogo entre Estado y Generalitat, Sánchez ha dejado caer a junteros y republicanos que asumirá la deuda pendiente con Cataluña (7.100 millones) y que diseñará unas cuentas que cumplan con el 19% del PIB en inversiones para Cataluña. Todo con el fin de lograr su complicidad y seguir tramitando el proyecto presupuestario. La respuesta de los republicanos ha sido positiva: no han bloqueado la senda de estabilidad en el Congreso.

Ha sido la tercera vez que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha defendido ante el Pleno del Congreso una senda de estabilidad, y la primera con posibilidades de salir adelante sin el concurso del PP. La primera, en julio de 2018 fracasó por falta de apoyos en el Congreso, y la segunda, antes de presentar sus Presupuestos de 2019 (también fallidos), decayó en el Senado por la mayoría absoluta 'popular', habiendo, eso sí, superado la votación en la Cámara Baja.

En esta ocasión, el PSOE partía con los votos de Unidas Podemos pero, al no contar con PP, Vox y Ciudadanos, contrarios al mayor margen de déficit que ofrece el Ejecutivo, el Gobierno debía buscar apoyos donde los consiguió en la investidura: en los nacionalistas del PNV, de la coalición de Más País y Compromís, y en los partidos soberanistas catalanes. El objetivo de los socialistas era lograr el voto favorable de los 15 diputados de ERC, que ha obtenido aunque desde el partido no las tenían todas este miércoles.

Los republicanos siempre son “imprevisibles en sus posicionaminetos”, comentaba un alto cargo a este medio, sin embargo también argumentaba que “no se entendería que votara otra cosa que sí” a la senda del déficit. Tras el resultado de la primera reunión de la mesa de diálogo entre los ejecutivos central y autonómico, que cimentó el diálogo, la confianza en los republicanos había calado en las filas socialistas y ya se esperaba que no bloquearan el trámite. Así las cosas, los independentistas han prolongado su tregua con la aprobación del déficit.

Sánchez ha tentado esta semana al partido de Oriol Junqueras con varias ofertas. Durante su comparecencia del martes en el Pleno del Senado, el jefe del Ejecutivo asumió la “deuda” con Cataluña que le recriminó la portavoz de ERC, Mirella Cortés. La suma asciende a 7.100 millones de euros: 3.700 los millones que el Estado tendría que haber invertido en Cataluña ya en cumplimiento de la disposición adicional tercera del Estatuto de Autonomía y otros 3.600 millones la deuda con la atención a la dependencia.

El proyecto de cuentas que Montero elaboró el año pasado cumplía ya con la inversión comprometida en el Estatut d’Autonomia, entre otros asuntos. En aquel momento, ERC rechazó apoyarlo porque no cumplía exactamente con el 19% de inversiones que se corresponden con la cifra que aporta la región al conjunto del Estado. Sumando nuevas inversiones y la parte de deuda desde 2010 se quedó en el 18,5%. Desde el PSOE confirman a Bolsamanía su intención de cumplir con el Estatut , además de “mantener y mejorar” las inversiones de hace poco más de un año.

Por si todo esto falla, Moncloa también ha comprometido la rebaja de la pena de sedición para este año mediante la anunciada reforma del código penal. Un gesto insuficiente para los republicanos, que reivindican la amnistía para los presos del procés, aunque esta medida en la práctica supondrá una reducción de sus condenas.

Ante la imposibilidad de lograr este perdón para los políticos encarcelados o el referéndum de autodeterminación que también reclaman, ERC ya ha hecho su lista de reclamaciones. Se trata de cuestiones relacionadas con las infraestructuras y los incumplimientos de financiación históricos en materia de sanidad o dependencia, tal como avanzó Bolsamania. ERC ha dado números: la Generalitat invierte en dependencia 1.500 millones de euros y el Estado aporta en Cataluña 300, cuando la ley establece que el reparto del gasto sea al 50%.

Los republicanos también han puesto sobre la mesa recientemente las deficiencias de la balanza fiscal entre el Estado y Cataluña. Esto eso el desequilibrio entre lo que la región aporta y lo que recibe de los sectores públicos nacionales. De acuerdo con la última actualización que ha hecho pública el Departamento de Hacienda de la Generalitat que lidera el republicano Pere Aragonès, este se elevó a 16.800 millones de euros anuales en los ejercicios 2015 y 2016.

Una fiscalidad para Cataluña próxima al concierto vasco, además del control de los puertos y aeropuertos y otras infraestructuras e inversiones de 45.000 millones de euros hasta 2030 son otras de las reivindicaciones del independentismo. Algunas de ellas quedan recogidas en el documento de 44 puntos que Sánchez entregó al president de la Generalitat, Quim Torra, cuando se reunieron el pasado 6 de febrero en la sede del Govern catalán.

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