Nuestros diputados han dicho esta semana que la culpa del rescate de España fue de todo el mundo menos de ellos. Hasta del chachachá. La comisión de investigación de la crisis financiera sí ha señalado al Banco de España, que pudo hacer mucho más y no lo hizo. Es innegable que fue el principal culpable al no frenar primero la burbuja de crédito e inmobiliaria. Y, cuando estalló, emprendió una huida hacia delante de ocultación del problema y de parches que no sirvieron de nada ante la magnitud del agujero: las preferentes -que impulsó el Banco de España-, las fusiones frías, las calientes, el FROB, la salida a bolsa de Bankia, etc.
La desastrosa actuación del Banco de España es la que provocó que el BCE asumiera las competencias de supervisión bancaria en 2014. Y por eso sorprende que su cúpula se haya ido de rositas en el juicio de Bankia que ha comenzado esta semana. Pero no es el único culpable. Los políticos tienen todavía más culpa. El Gobierno del PSOE por negar la evidencia y retrasar la solución tres años, y el del PP por hacerlo de una forma demasiado abrupta y por negarse a crear un banco malo hasta que Bruselas le obligó.
Esta semana, en Money Talks: Los políticos echan la culpa de la crisis a todo el mundo... menos a ellos.
