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Los independentistas le han visto las orejas al lobo. Si en los primeros días de resaca tras las elecciones andaluzas mantenían su cerrajón a apoyar las cuentas del PSOE, el escenario pactista que se ha abierto para la presidencia de la Junta ha provocado sudores fríos en las filas soberanistas. No sólo porque Vox tiene opciones reales de gobernar, sino además porque se huelen un pacto PSOE y Ciudadanos que puede dejarles totalmente fuera de juego.

Es uno de los escenarios que coge fuerza: un Ejecutivo andaluz 'azul-anaranjado' presidido por Juan Manuel Moreno (PP) o Juan Marín (Ciudadanos) y la connivencia del PSOE, con Susana Díaz o sin ella. La carta que juega el partido liberal es que la candidatura de Marín es la única capaz de establecer un 'cordón sanitario' que deje a la extrema derecha fuera de la ecuación, eso sí, con la abstención del PSOE.

Los socialistas ya se ven en la oposición si no son ellos quienes gobiernan. Pero si sirven la Junta en bandeja a Ciudadanos, el precio que puede pedir Ferraz a cambio es un respaldo al proyecto presupuestario de Sánchez, que dibujaría una nueva mayoría en el Congreso y restaría fuerza a los partidos soberanistas. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha podido ser más clara al respecto y ha pedido a liberales y populares que "reflexionen" para posicionarse a favor de los Presupuestos.

El juego del partido de Pablo Casado es otro y va lanzando mensajes a los de Santiago Abascal, como que estudiarán su petición de cerrar Canal Sur, según ha declarado el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. El tripartito de derechas sigue en 'la pole' de los posibles desenlaces tras las elecciones del 2D. Para el PP, que Vox sea su compañero de cama no es una opción tan amarga como para la formación de Albert Rivera, que ha recibido el toque de atención de sus compañeros de escaño el Bruselas, los Liberales de ALDE, ante un acuerdo con los populistas radicales.

Sea por el ascenso de la ultraderecha, que según el último CIS obtendría un 2,3% de los votos en unas elecciones generales, sea por un acuerdo PSOE-Ciudadanos, los independentistas han abierto una rendija en el muro que habían alzado contra los Presupuestos Generales del Estado. Lo ha hecho el diputado del PDeCAT, Ferran Bel, durante un acto con, nada menos, Montero y la ministra de Economía, Nadia Calviño, y se ha mostrado a abierto a que su formación estudie el proyecto presupuestario que Moncloa presentará en enero en el Congreso, a cambio, eso sí, de que el Gobierno ofrezca algo más que un nuevo Estatut para Cataluña.

Desde el entorno del PSC creen que si el PDeCAT es sincero y abre la puerta a la negociación "ERC seguramente los seguiría

¿Y LOS PRESOS SOBERANISTAS?

Lo que más ha llamado la atención de las declaraciones del político catalán es que ha eliminado de su discurso cualquier alusión a los presos soberanistas. Sin embargo, fuentes parlamentarias restan importancia a la oferta porque "simplemente ha vuelto a recordar que los independentistas exigen a Sánchez un gesto hacia Cataluña a cambio de su voto a favor de las cuentas", señalan a Bolsamanía.

Las palabras de Bel por ahora, no han encontrado eco en las filas de ERC. El diputado en el Congreso, Gabriel Rufián, ha sacado a pasear la cuestión de los encarcelados y ha insistido que “nuestra posición no cambia” porque “no hay partidas presupuestarias suficientes para pagar la dignidad de nuestros compañeros”. Sin embargo, desde el entorno del PSC creen que si el PDeCAT es sincero y abre la puerta a la negociación "ERC seguramente los seguiría, ya que la posición sería bastante unitaria".

"Los independentistas, en especial el PDeCAT, van a tener que justificar no apoyar los PGE cuando incluyen 2.200 millones para Cataluña", prosiguen las mismas fuentes y ponen el acento en las tensiones sociales con algunos colectivos "que podrían volver a incrementarse". Por ejemplo, recuerdan las recientes protestas de la sanidad catalana, a quienes han prometido 100 millones de euros, "que son 'pecata minuta' frente a los 900 millones de recortes que acumulan los médicos".

PRESUPUESTOS, TAMBIÉN EN CATALUÑA O ELECCIONES

Por otra parte, "el Govern de los postconvergentes, si quiere el apoyo del PSC para las cuentas de la Generalitat, va a tener que respaldar, a su vez, las del Estado y, por lo tanto, están un poco más collados", agregan fuentes próximas a las negociaciones. De lo contrario, no avalar las cuentas de Sánchez les aboca a elecciones anticipadas, con el consiguiente peligro de que el reparto electoral en Andalucía se repita en el Congreso.

Aunque el PSOE ganaría las elecciones, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en unos meses las mayorías podrían cambiar y desembocar en un Gobierno de derechas acompañado por Vox. Este extremo dificultaría a una resolución política en Cataluña. Por lo tanto, insisten fuentes próximas a las negociaciones, "lo más inteligente es enviar un balón de oxígeno a Sánchez, apoyar su proyecto presupuestario y ayudarle a prolongar su legislatura hasta 2020".

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