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El presidente electo de los EEUU, Donald Trump, ha declarado la guerra a Joe Biden, al mercado y a los cimientos del sistema electoral estadounidense. Este sería un resumen de las reacciones de los analistas a las palabras del republicano, que en su discurso de la noche electoral ha confirmado el considerado como “peor escenario posible para las bolsas”, según Bankinter: una impugnación de los resultados y una judicialización de los comicios en el Tribunal Supremo.

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Se muestran unánimes los expertos en que la elevada participación y el numeroso voto por correo debido al coronavirus -100 millones-, convertirán el proceso de recuento en largo y prolongado. “Podría extenderse a lo largo de los próximos días”, avisa Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown. “Hay señales de que algunos inversores están apostando por deuda de refugio seguro, con los rendimientos de los bonos del tesoro de EEUU cayendo”.

Las consecuencias en las bolsas no se han hecho esperar. Después de que el magnate haya jugado la carta del fraude electoral, los futuros de Wall Street se han dado la vuelta y han pasado a cotizar con signo negativo, el Ibex ha amanecido con caídas del 2% y los parqués europeos se han teñido de rojo, con el Dax perdiendo más del 1%. Un comportamiento lógico a juicio de Neil Wilson, analista de Markets.com, ya que “una larga y prolongada batalla en los tribunales es precisamente lo que los inversores no quieren”.

Sin embargo, la oleada de ventas masiva que esperaban muchas casas de análisis no ha acabado de llegar y a media sesión, los futuros estadounidenses se habían dado la vuelta y Europa cotizaba en verde, con excepción del Ibex. "Hemos visto volatilidad", señala Chris Beauchamp, analista de IG Markets. Pero "la intranquilidad parece obedecer más a la existencia de las elecciones que al resultado", agrega el experto.

Con todo, los operadores no pueden relajarse ya que “Donald Trump ha llamado a las armas declarando la victoria en las elecciones antes de que termine el recuento”, explica Wilson, enviando la imagen de tratar de proteger la "integridad" del voto. “Está claro que quiere que el recuento se detenga”, prosigue. “No veo cómo Trump puede estructurar un serio desafío legal en la Corte Suprema contra los estados que cuentan todos los votos emitidos. Se trata de deslegitimar una victoria demócrata y tiene el ‘tufillo’ de la desesperación”, redondea el analista.

A corto plazo, hasta que se despeje la incertidumbre sobre el resultado, “podemos esperar que los inversores se pongan más a la defensiva”, apunta Fabiana Fedeli, directiva de Robeco y algunas de las consecuencias de la "marea azul" que hemos visto surgir desde el verano y aún más durante los últimos días es probable que se frenen: “Las acciones de los mercados emergentes y las divisas, incluida China, el tema de las energías renovables (con la expectativa de que una administración de Biden favorezca políticas más respetuosas con el medio ambiente) y los cíclicos sobre las grandes tecnologías”, enumera.

“También es probable que veamos algún alivio sobre posibles consecuencias de una victoria de la “marea roja”, como el petróleo, o Rusia, que es un país que se espera que incurra en sanciones bajo la administración de Biden”, añade. “En definitiva, qué lado gane no determinará la dirección del mercado de valores, sino más bien los sectores y, a nivel internacional, la selección de países. Lo que realmente contará es el tipo de políticas implementadas y el impacto en la economía de la evolución del brote de Covid-19”, resume la experta.

LA BATALLA POR EL SENADO

Además de la presidencia, los mercados también están muy pendientes del Congreso. Por el momento, la Cámara de Representantes se mantiene de color azul, mientras que el Senado aún está en el aire. “Un presidente y un congreso sería positivo para los mercados, ya sea azul o rojo. A los mercados no les gusta la incertidumbre y un presidente con el apoyo del Congreso permitiría una ejecución de políticas más eficaz, incluido un paquete de estímulos. Cualquiera de las Administraciones, apoyada por el Congreso, implementaría políticas para apoyar la economía”, indica Fedeli.

Desde el punto de vista de los mercados de renta variable, un Congreso dividido en este punto es el escenario menos deseable, independientemente de qué partido gane, ya que esto podría significar retrasos en la ejecución de las políticas y en lo que, creemos, es un paquete de estímulos muy necesario a corto plazo.

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