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La guerra comercial que Donald Trump le ha declarado a todo el mundo (China, México, y puede que a la UE) lo está fagocitando todo. Los inversores llevan semanas arrastrando la preocupación, y el temor cada vez se deja notar con más fuerza en los mercados. El problema es que los bancos de inversión creen que la situación va a complicarse todavía más, y Morgan Stanley ya ha avisado de que si hay una escalada de las tensiones comerciales habrá recesión mundial en tres trimestres, es decir, a principios de 2020.

Según los expertos de esta firma, los inversores están cotizando en las bolsas los temores a la guerra comercial, pero están pasando por alto la amenaza que representa para la economía mundial, que podría entrar en recesión en menos de un año. Algo nada descabellado, si se tiene en cuenta la desaceleración que ha mostrado en los últimos trimestres. Morgan Stanley, en una nota de investigación publicada el domingo y de la que se hace eco CNBC, reconoce que no se puede olvidar el "posible impacto en el panorama macroeconómico global" de la guerra comercial si esta va a más.

El problema es que otro banco de inversión, Goldman Sachs, ya ha dicho que la posibilidad de una escalada en la tensión comercial es ahora mucho más probable. De hecho, ahora ve un 60% de probabilidades (frente al 40% anterior) de que EEUU ponga nuevos aranceles sobre los 300.000 millones de dólares de importaciones chinas que hasta ahora se han 'salvado' del órdago de Trump. Y también ha elevado del 25% al 40% las probabilidades de que el presidente estadounidense introduzca nuevos aranceles a los automóviles, lo que afectaría, sobre todo, a la Unión Europea.

Y en lo que respecta a México, Goldman también ha revisado al alza sus supuestos, de forma que ahora ve un 70% de probabilidades de que Trump imponga aranceles sobre el 5% de las importaciones del país, y del 50% de que aumenten al 10%. Según Morgan Stanley, el resultado de la guerra comercial "es altamente incierto", pero si EEUU sigue adelante con los aranceles sobre las importaciones chinas, y si cumple sus amenazas con México y la UE, "podríamos terminar en recesión mundial en tres trimestres".

Los expertos de Morgan Stanley insisten en que no es un pronóstico "tan alarmista", ya que lo que ocurre es que los inversores no son conscientes del efecto de la reducción de los gastos de capital, lo que a su vez podría provocar una reducción de la demanda mundial, según el banco estadounidense. Si la situación acaba por descontrolarse, los políticos actuarían para contener los efectos de la guerra comercial, aunque "dado el desfase habitual que se produce antes de que las medidas tengan impacto en la actividad económica real, será inevitable que se produzca un descenso en el crecimiento mundial", remarca Morgan Stanley en la mencionada nota.

Goldman, por su parte, estima que los acuerdos con China y México supondrán la eliminación de aranceles, aunque deja claro que esto no ocurrirá hasta finales de 2019 o en 2020, por lo que es muy probable que la economía mundial sufra. En la nota en la que explica los nuevos escenarios que contempla, la entidad también anticipa que el aumento de las tensiones entre las dos potencias más grandes del mundo, junto con las crecientes tensiones entre EEUU y México, probablemente afectarán al crecimiento.

Tanto es así que los analistas de Goldman han recortado su pronóstico del PIB de EEUU para la segunda mitad del año en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 2%, pero la expectativa es que el crecimiento "repuntará moderadamente en 2020 a medida que los aranceles bajen y las condiciones financieras se estabilicen", dicen.

EL FUTURO ELECTORAL DE TRUMP, EN JUEGO

El problema es que la desaceleración económica, si se convierte en recesión a principios de 2020, puede acabar por ser un dolor de cabeza para Donald Trump. Hay quien dice que el presidente lo tiene todo calculado, pero muchos expertos apuntan que la situación podría escapársele de las manos, de forma que acabemos viendo cómo frena sus aspiraciones electorales de cara a la cita en las urnas que se celebrará en noviembre del año que viene.

En los últimos comicios, los de 2016, Trump hizo campaña para impulsar el crecimiento y reducir el desempleo, y usó su capacidad de negociación como un aspecto distintivo de su campaña. Lo más probable es que ahora, ante los problemas que asoman por el horizonte, tenga que dar un giro radical en su discurso si quiere convencer a los votantes estadounidenses para revalidar su mandato en la Casa Blanca. Eso, o cerrar todos los frentes que tiene abiertos con tiempo suficiente para que se descuente en las elecciones.

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