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Desde que Donald Trump decidiera incluir en su lista negra a Huawei ya no hablamos de guerra comercial, hablamos de guerra tecnológica. Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se han centrado últimamente en el sector tecnológico. Y teniendo en cuenta que este sector es el termómetro del crecimiento de la economía y de los mercados en los últimos años, ha hecho que las caídas en bolsa de estas compañías estén alimentando la preocupación de los inversores por la desaceleración económica mundial.

Y en medio de los vaivenes entre las dos potencias, los analistas ya llevaban avisando bastante tiempo del peligro que corrían las cadenas de suministro de las compañías de hardware de tecnología estadounidense si China se enfocaba por los fabricantes de sus componentes, en concreto en las tierras raras, como represalia.

Según la BBC, después de que el presidente de Estados Unidos incluyera a Huawei en su lista negra para evitar que las empresas estadounidenses hicieran transacciones comerciales con el gigante chino, su homólogo chino Xi Xinping visitó una fábrica en el sureste del país que procesa minerales raros.

Y para terminar de confirmarse la noticia, China ya ha avisado este miércoles que podría frenar la importación a EEUU de minerales de tierras raras que se usan en la fabricación de productos de alta tecnología y de dispositivos militares, para contrarrestar las medidas implantadas por el presidente Trump.

Las tierras raras es el nombre común de 17 elementos químicos (entre ellos el escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos) que se se encuentran en la mayoría de los objetos que nos rodean, y prácticamente en todo lo relacionado con la electrónica.

"Por ser excelentes conductores de la electricidad y por sus peculiares propiedades magnéticas son utilizados en los teléfonos móviles, pantallas digitales, vehículos electrónicos.." explica Ramon Morell de experienciatrading.

Y añade que "en estos momentos según varias fuentes, China se ha constituido prácticamente en un monopolio ya que controla las minas más importantes del mundo". También la BBC apunta que las minas de China representan el 70% de la producción global y cerca del 80% de las tierras raras que importa Estados Unidos provienen de China, según datos del gobierno estadounidense.

En este sentido, Aitor Mendez de IG comenta que esta amenaza de Pekín "ha hecho daño de verdad al mercado". Y destaca que "como su propio nombre indica, esta materia prima no es muy abundante en el planeta y China es el principal productor del mundo", por lo que el miedo de los inversores a que el gigante asiático pueda contraatacar asfixiando a los productores estadounidenses que demandan esta materia prima "está realmente fundado".

"NO DIGÁIS QUE NO LO ADVERTIMOS"

Y para añadir más leña al fuego, la prensa oficial china ha endurecido el tono de su discurso y ha amenazado directamente a Estados Unidos con un claro mensaje publicado en forma de editorial en el periódico oficial del Partido Comunista. “Aconsejamos a Estados Unidos que no subestime la capacidad de China para salvaguardar su propios intereses y derecho al desarrollo. No digáis que no os lo advertimos”, sostiene el texto.

Ramon Morell aclara que en septiembre del año pasado la Administración de EEUU dio luz verde a un informe sobre los suministros industriales para las Fuerzas Armadas del país, que afloraba las insuficiencias derivadas de la necesidad de depender de estos materiales del exterior, principalmente de China.

"Lo de ZTE, Huawei u otros conflictos tácticos son sólo medidas de presión para resolver esta cuestión esencial. EEUU no puede mantener abierto el flanco de suministros que son considerados vitales para su industria y su seguridad nacional".

Los minerales raros se han convertido ahora en un nuevo capitulo en las relaciones entre las dos potencias y pueden ser la mejor baza de China. Y el miedo ya se ha visto reflejado en la evolución de las materias primas y los sectores relacionados.

Por otra parte y dentro de la estrategia china, Huawei también ha presentado una reclamación ante los tribunales que cuestiona la constitucionalidad del veto de Washington a la tecnológica. Ahora esperemos el desenlace, "que es la pretensión de Trump de que China abandone su política de dominación casi absoluta de las tecnologías avanzadas a partir de 2025" concluye Morell.

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