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Malas noticias para las principales bolsas mundiales. Según las estimaciones de Deutsche Bank, caerán un 25% desde niveles algo por encima de los actuales cuando llegue la recesión en EEUU, algo que en el banco alemán creen que ocurrirá a mediados de 2023. De hecho, su previsión es que el S&P 500 toque fondo en el tercer trimestre del año que viene.

En un informe titulado 'Panorama mundial 2023: la inminente recesión', los expertos de la entidad germana explican cuáles son sus proyecciones macroeconómicas y para los mercados para el próximo año. "La recesión que venimos anticipando desde hace nueve meses se acerca", dicen, y aunque en la zona euro puede que "ya esté en marcha", en Estados Unidos aún tardará un poco en llegar.

Eso será lo que hará que las bolsas mundiales tengan aún algún respiro, aunque el golpe será inevitable cuando el Producto Interior Bruto (PIB) de la primera economía del mundo caiga a lo más profundo. "La desaceleración económica, junto con el agresivo endurecimiento monetario y los choques geopolíticos y de materias primas que las inducen serán temporalmente dolorosas en los mercados financieros y emergentes", apuntan estos expertos.

Su proyección es que "los principales mercados bursátiles caerán un 25% desde niveles algo superiores a los actuales cuando se produzca la recesión en EEUU, pero luego se recuperarán por completo a finales de 2023, suponiendo que la recesión dure sólo varios trimestres", dicen los analistas de Deutsche.

Además, analizan al detalle lo que puede pasar con el S&P 500 en 2023. Creen que el actual repunte del mercado bajista "continuará por ahora, y luego siga el típico libro de jugadas de la recesión". Así creen que se comportará trimestre a trimestre:

- "El repunte actual del mercado bajista continuará en el primer trimestre". Su consejo es buscar una "contracción del posicionamiento estratégico sistemático desde mínimos extremos a medida que se desvanece la volatilidad, un factor clave de su posicionamiento". Y es que la volatilidad en todas las clases de activos "se ha elevado durante un período prolongado". En lo que respecta a la renta variable, dicen los expertos de Deutsche, esperan que "la caída de la volatilidad implícita que ya se ha producido vaya seguida de caídas de la volatilidad realizada, que son clave para el posicionamiento estratégico sistemático". "Vemos que el posicionamiento de renta variable agregado sube a casi neutral al final del primer trimestre", destacan.

- Asimismo, esperan un "mercado estable o ligeramente a la baja en el segundo trimestre" debido a la "preocupación por la recesión en el tercer trimestre". Esto, apuntan los estrategas del banco germano, estaría "en consonancia con el libro de jugadas (antes de) la recesión".

- Para el tercer trimestre, creen que el S&P 500 sufrirá una "disminución significativa", de forma que terminará este periodo en los 3.250 puntos, coincidiendo con el inicio de la recesión en EEUU. "Las caídas históricas de la recesión desde el punto más alto al más bajo se explican bien por las valoraciones iniciales que eran muy altas y por la magnitud de la caída de las ganancias (esperamos un -12% frente a un promedio del -15%)". En este caso, explican desde Deutsche, "la combinación de estos puntos apunta a una disminución del -33%".

- No obstante, una vez que el índice americano haya "tocado fondo", se recuperará de la caída, "como es típico", durante el cuarto trimestre. "El libro de jugadas de la recesión dice que tras tocar fondo durante un poco menos de la mitad de la recesión, luego podría recuperar la mayoría, si no todas, las pérdidas para cuando termine la recesión, lo que pondría al S&P 500 al final del año tocando de nuevo su pico del primer trimestre", estima el banco alemán.

"Vemos el S&P 500 terminando 2022 en 4.200; y en 2023 Q1 4.500; Q2 4.500; Q3 3.250; y Q4 4.500", dicen estos analistas en el mencionado informe. Además, afirman que su línea de base para el S&P 500 es de un beneficio por acción medio de 222 dólares en 2022 y de 195 dólares en 2023.

Como indican, "nuestros pronósticos económicos prevén una recesión leve en términos del PIB, pero que se centre en bienes y productos relacionados con la vivienda a los que el S&P 500 está expuesto de manera desproporcionada y donde se concentró el auge de la pandemia". Por lo tanto, remarcan, sus pronósticos sobre ganancias "representan lo que está cerca de una caída típica de una recesión".

¿Y SI LA RECESIÓN ES MÁS LARGA?

Las proyecciones de Deutsche Bank apuntan que la recesión apenas durará unos trimestres en EEUU, pero si se alarga, creen que eso cambiaría el momento en el que las bolsas tocarían su punto más bajo, lo que además "significa que la recuperación de los niveles anteriores no se produciría hasta principios de 2024".

Pero los expertos del banco alemán también contemplan el caso opuesto, es decir, si no hay recesión y al final se produce un aterrizaje suave de la economía en Estados Unidos. "En el caso de que no haya no haya recesión, tengamos un aterrizaje suave y el crecimiento se recupere hasta, digamos, las tasas de tendencia, esperamos que el posicionamiento suba hasta cerca de la parte superior de su banda y que el S&P 500 sea significativamente más alto, terminando el año en 5.000 puntos", señalan.

Así las cosas, sus consejos de inversión son los siguientes: a nivel de sectores, tácticamente ven el rebote "liderado por los financieros, MCG y y Tecnología los cíclicos de consumo". Se mantienen neutrales en Energía e Industriales e infraponderan los defensivos.

A nivel regional, favorecen a Europa que, "a pesar de su proximidad al conflicto entre Rusia y Ucrania y las limitaciones de suministro de gas que conlleva, el Stoxx 600 ha superado ampliamente el rendimiento del S&P 500 en lo que va de año". "Con las incesantes salidas de Europa, vemos que el mercado infrapondera la región, lo que es otro punto positivo", dicen los estrategas de Deutsche.

Creen que "esto se refleja en las valoraciones relativas frente a EEUU (ajustadas por la composición sectorial), que son muy bajas, con un descuento cercano a los mínimos de la crisis financiera europea en 2012". Y además justifican esta postura remarcando que "al haberse alcanzado ya el máximo del dólar, la renta variable mundial ha tendido a superar históricamente a la estadounidense (en moneda local) cuando el dólar estaba cayendo, por lo que una subida del euro se sumaría a los rendimientos en dólares".

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