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BBVA ha tenido que afrontar en lo que va de año una factura de unos 2.254 millones de euros por Turquía, Telefónica y la evolución de la renta fija. La entidad ha dotado 638 millones de euros (+55% frente a un año antes) para hacer frente a los préstamos que puedan incurrir en morosidad en el país otomano, al tiempo que ha cargado a patrimonio unos 1.616 millones en los nueve primeros meses del año por estos tres eventos.

Tomando como referencia únicamente el último trimestre, el banco que aún preside Francisco González cargó a patrimonio 637 millones de euros debido, principalmente, a la evolución del tipo de cambio, al deterioro de la participación del banco en Telefónica, que ha perdido en bolsa más de un 13% en el año, y a la renta fija, de acuerdo con el informe trimestral del banco, que no desglosa qué importe corresponde a cada evento.

"Telefónica no se ha comportado bien durante el año", reconoció el director financiero del banco, Jaime Sáenz de Tejada, durante la presentación de resultados trimestrales de BBVA, aunque el directivo no detalló la minusvalía que generó esta circunstancia sobre el patrimonio neto de la entidad entre enero y septiembre. Este deterioro no se carga a resultados desde el presente ejercicio en virtud de la circular que aprobó el Banco de España el pasado diciembre que obliga a las entidades a dotar sus provisiones en relación con la pérdida esperada, no por la pérdida incurrida.

A cambio, Sáenz de Tejada explicó que la entidad ha recibido unos 50 millones de euros en dividendos por su participación en Telefónica, que asciende al 6,96% de su capital. La entidad es actualmente el primer accionista de la teleco.

AUMENTO DE PROVISIONES POR TURQUÍA

Los saneamientos aplicados por la entidad en su filial turca en los nueve primeros meses del año ascienden a 638 millones de euros, es decir, un 55% más que en las mismas fechas de un año antes. Esta es la cantidad que el banco dota para hacer frente a los préstamos que puedan incurrir en morosidad.

En la presentación de resultados, el director financiero reconoció que el grupo había aumentado “bastante” las provisiones en Turquía como consecuencia del peor escenario macroeconómico del país respecto al año anterior. Esta circunstancia ha llevado a que el coste de riesgo acumulado se sitúe en el 1,72%.

En todo caso, el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, se mostró durante la misma presentación de resultados “cómodo” con la participación del 49,85% que ostenta en Garanti, su filial turca, que es un “gran banco”, algo que “se está viendo en estos momentos difíciles”. BBVA mantiene su “apuesta estratégica” por el banco y por el país, que tiene un “enorme potencial” a largo plazo, según Torres.

El ejecutivo explicó que el banco ha sufrido “un mal momento este trimestre”, pero que “la situación “ahora es algo más positiva”, después de que las autoridades tomaran medidas “en la buena dirección”, como la subida de los tipos de interés hasta el 24% que el Banco Central de Turquía efectuó el pasado mes de septiembre.

“Creemos que se ha de perseverar en ese tipo de políticas restrictivas”, apuntó Torres, que tras la crisis de la lira turca pidió “medidas” ante la “escalada” de la depreciación de la divisa y la inflación del país. En este sentido, no ha querido opinar sobre si es necesario que las autoridades impulsen más iniciativas, pues “dependerá de cómo se vea la evolución en los próximos meses”.

LA HIPERINFLACIÓN ARGENTINA PASA FACTURA

Por otra parte, BBVA ha tenido que asumir este trimestre un impacto contra resultados de 190 millones de euros al dar cumplimiento a la norma internacional de contabilidad sobre información financiera en economías hiperinflacionarias. La entidad ha reconocido este ajuste en relación con Argentina, donde, sin embargo, registró un crecimiento del margen bruto del 25,7% hasta septiembre en relación con un año antes.

A cambio, experimentó un impacto positivo de 104 millones de euros sobre su patrimonio neto debido a esta misma norma, que obliga al banco a revalorizar los activos no monetarios, fundamentalmente inmuebles, dejar de tenerlos contabilizados a coste histórico y aplicarles el índice de inflación del periodo. Esta revalorización es la que genera un impacto positivo sobre el patrimonio neto, según explicó Sáenz de Tejada.

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