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José María Álvarez-Pallete, presidente de TelefónicaTELEFÓNICA - Archivo
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El segmento de las torres de telecomunicaciones está que arde. Cellnex acaba de comprar la división de ‘telecos’ de la compañía inglesa Arqiva, por la que va a abonar 2.000 millones de libras (más de 2.225 millones de euros). Mete así presión a Telxius (participada por Telefónica, el magnate español Amancio Ortega y el gigante de la inversión KKR), sobre la que sobrevuela la necesidad de ganar peso y atraer la atención de nuevos inversores.

El movimiento de Cellnex derivó este martes en un espaldarazo en bolsa. Comenzó la sesión con una subida de más del 4% y la concluyó con un repunte del 2,6% (hasta apuntalar los 38,9 euros por acción). No pesó sobre el valor el fantasma de invertir en Reino Unido en vísperas de un Brexit sin acuerdo, previsto para este próximo 31 de octubre. Un divorcio que parece hecho salvo que Bruselas y Londres sean capaces de pactar una nueva prórroga.

CELLNEX PISA EL ACELERADOR

Con esta adquisición, que obliga a Cellnex a ampliar capital por valor de 2.500 millones de euros para poder financiarla, la cotizada se convierte en el principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas de Reino Unido. Sumará así más de 53.000 emplazamientos (como llama a estos activos de ‘telecos’) en siete países europeos. De ellos, más de 8.000 estarán en el Reino Unido, prácticamente la misma cifra que Cellnex tiene en España.

Este volumen de activos contrasta con las 17.550 torres de Telxius a mitad de ejercicio. La compañía presidida por José María Álvarez Pallete ha ido elevando poco a poco el músculo de su participada, creada hace tres años. Pero lo ha hecho de forma muy gradual, incorporando activos en Europa y Latinoamérica, además de cable submarino. En la primera mitad de 2019, Telxius adquirió a Telefónica Perú cerca de 660 torres, además de añadir activos en países con peso más sustancial en su negocio, como España y Brasil.

LA PRESIÓN DE TELXIUS

Esas más de 17.000 torres de Telxius son una cifra ‘minúscula’ comparada con las 130.000 que abarca Telefónica en el mundo, de las que tiene en propiedad cerca 68.000. De hecho, el presidente de la operadora ya he reconocido que parte de ellas, alrededor de 50.000 torres, están a la venta. Esta desinversión podría generar a la compañía un impacto positivo en ventas de 800 millones de euros y una parte de ellas acabaría, previsiblemente, bajo el paraguas de Telxius.

Engordar el perímetro de Telxius vía 'trasvase' de torres daría aire a la caja de Telefónica y al mismo tiempo engordaría su participada, que trató sin éxito de sacar a bolsa hace tres años. Tras esa colocación fallida, la ‘telecó’ acabó vendiendo el 40% de Telxius al gigante de la inversión KKR por 1.275 millones de euros. Sólo unos meses después, Amancio Ortega desembarcó también en su capital a través de de su vehículo inversor Pontegadea. Compró el 9,99% de Telxius en un movimiento a tres bandas. En concreto, la operación se realizó mediante la sociedad Pontel Participaciones, de la que Pontegadea es dueña del 16,65% del accionariado y Telefónica del 83,3% restante. Con ella, Ortega y Telefónica controlan el 60% de Telxius.

Pero las cifras de Telxius pese a que despegan (y a los accionistas que la respaldan) aún son modestas. En el primer semestre, ingresó 435 millones de euros y, de esa cifra, las torres 'sólo' aportaron 172 millones; porque el resto corresponde al cable submarino. Crecer en el negocio de torres conlleva ganar perímetro y, para lograrlo, Telxius tendrá que tirar de talonario.

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