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José Ignacio GoirigolzarriCEDIDA - Archivo
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El expresidente de Bankia Rodrigo Rato ofreció a José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente, que se incorporara a la presidencia de la entidad el mismo día que presentó su dimisión, el 7 de mayo de 2012. Según ha relatado Goirigolzarri en el juicio por la salida a bolsa de Bankia, Rato le hizo tres llamadas entre abril y mayo de 2012, en las que le ofreció primero ser consejero, después consejero delegado y por último presidente. Solamente aceptó la última oferta.

Goirigolzarri ha inaugurado este miércoles la ronda de testigos que van a declarar en la causa penal que investiga las responsabilidades por la salida a bolsa de la entidad. En primer lugar ha respondido a la fiscal del caso, Carmen Launa, que le ha cuestionado por su entrada en Bankia y por la salida de los distintos consejeros y directivos que se produjo a su llegada al banco.

Durante su exposición, ha explicado que el expresidente de la entidad Rodrigo Rato fue quien le pidió que se incorporara a Bankia. De acuerdo con su relato, se produjeron tres llamadas en las que Rato le ofreció distintas opciones. En la primera le pidió que se incorporase como consejero, lo que Goirigolzarri rechazó al encontrarse en un periodo de no competencia tras su salida de BBVA, donde fue consejero delegado con Francisco González como presidente.

En la segunda llamada, efectuada dos semanas antes de su ingreso en la entidad, Rato le pidió que fuera consejero delegado de Bankia, pero solamente aceptó la última de las ofertas, realizada el 7 de mayo, cuando Rato le puso sobre la mesa la presidencia, en la tercera llamada. En esa fecha, Rato había presentado su renuncia como presidente, según ha contado durante el juicio obligado por el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Antes de incorporarse, Goirigolzarri mantuvo contactos con el Ministerio de Economía, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y Competitividad y el Banco de España. De hecho, habló una vez con Luis de Guindos, entonces titular de la cartera económica del Gobierno, antes de aceptar la propuesta de Rato. "Le dije al señor Rato que aceptaba la posición el día 7 [mayo de 2012] y el 9 fui nombrado presidente. En día y medio tuve tiempo para hablar con bastante gente", ha añadido.

ECHÓ A BARCOJ Y SE QUEDÓ CON VERDÚ

El nuevo equipo gestor decidió que el exdirector financiero de la entidad, Ildefonso Sánchez-Barcoj, no debía continuar en el equipo de gestión del banco dado que no podía confiar en él. Según ha explicado, tanto él como Miguel Ángel Soria, director de Auditoría Interna hasta la llegada de Goirigolzarri, habían ocupado puestos altos en la entidad, pero habían demostrado que su trabajo "no era como para seguir confiando en ellos". "Los de Sánchez-Barcoj y Soria eran puestos de gran confianza y creí que tenían conflictos de intereses y que era mejor que no siguieran colaborando", ha añadido.

A su llegada a la entidad, el nuevo equipo gestor decidió prescindir de estos dos directivos, pero no del entonces consejero delegado, Francisco Verdú, ni del interventor de la entidad, Sergio Durá, de los que valoraba su profesionalidad. Ambos imputados en el caso Bankia, al igual que Sánchez-Barcoj y Soria. El ex director financiero de Bankia renunció a defenderse al considerar que no sabe de qué se le acusa.

"Mantuvimos a Verdú porque era una persona que conocía de muchos años, desde la fusión de BBV. Tengo un extraordinario respeto por su capacidad profesional", ha señalado, al tiempo que ha señalado que durante el tiempo que permaneció en el banco, "fue de una ayuda extraordinaria". En cuanto a Durá, que aún trabaja para el banco como director de Riesgos y ha sido interventor hasta el pasado enero, ha defendido que tiene "un currículum excelente" y que no participó en la salida a bolsa de Bankia. "Era muy independiente, no tenía ninguna historia con las antiguas cajas", ha añadido.

"Era importante marcar la línea entre un antes y un después", ha explicado Goirigolzarri, que ha añadido que la entidad contrató a un headhunter para conformar el nuevo equipo. "No estaba buscando gente de confianza que me apoyara, sino un consejo profesional como el que tenemos ahora y de extraordinaria independencia", ha revelado.

NO HA SUFRIDO PRESIONES POLÍTICAS

El presidente de la entidad ha defendido que durante sus seis años al frente de la entidad no ha sufrido "ningún tipo de injerencias políticas" por parte de ninguno de las tres personas que han ocupado el cargo de ministro de Economía (Luis de Guindos, Román Escolano y Nadia Calviño), pues él mismo "no las habría admitido desde el primer momento". "Todos se han comportado de forma absolutamente exquisita", ha valorado Goirigolzarri.

En todo momento, Goirigolzarri ha defendido que comenzó su presidencia desde cero y desconocía los planes de saneamiento que el anterior equipo había diseñado, como el que preveía una inyección de 7.000 millones por parte del FROB, desvelado por Rato a lo largo del juicio. "El plan Rato no existe en Bankia, no lo reconocemos como tal", ha señalado.

Según su relato, cuando tomó las riendas de Bankia Goirigolzarri solamente exigió "un mandato claro": "Era un mandato profesional e independiente con el objetivo de maximizar el valor para los accionistas". A su llegada, su primera misión fue la de reformular las cuentas, a lo que el nuevo equipo se vio obligado por las "circunstancias sobrevenidas" que se produjeron, concretamente el real decreto conocido como Guindos II, que requería más provisiones a las entidades.

"Llovió muchísimo desde diciembre de 2010 a junio de 2012", ha apuntado Goirigolzarri, que se ha limitado a pronunciarse sobre los hechos ocurridos durante su presidencia, como la reformulación de las cuentas de 2011, en la que "el Banco de España jugó un papel de auténtica ayuda", a pesar de que no solicitó que se rehicieran.

En todo caso, ha apuntado que le sorprendió la situación de la entidad, a pesar de que "la situación de Bankia no era una en la que uno se encuentra de repente". "Si me llegan a decir el 7 de mayo de 2012 que en noviembre íbamos a tener un plan de reestructuración aprobado por Europa y en ese tiempo tendríamos grandes incógnitas, que el plan de reestructuración implicaría la salida de 4.500 personas, el cierre de 1.000 de las 2.000 oficinas y abandonar plazas o que los preferentistas serían obligados a tener un descuento para participar de la capitalización de Bankia, me hubiera sorprendido. No esperaba nada de eso, cómo me lo iba a esperar", ha dicho.

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