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Logo de l`entitat bancària Bankia, a la seva seu en una de les torres Kio de Madrid.Óscar Cañas - Europa Press
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El pacto al que han llegado PSOE y Unidas Podemos para poner en marcha un Gobierno de coalición ha despertado al fantasma de la banca pública y el mercado penalizaba el martes en bolsa a Bankia tras conocerse el acuerdo. A pesar de que las líneas de actuación aceptadas en el pacto no mencionan específicamente a la banca ni a la entidad, vuelve el miedo tras las numerosas ocasiones en las que Unidas Podemos ha propuesto convertir a Bankia en una banca pública en lugar de continuar con su interminable privatización, al tiempo que ha amenazado con más impuestos al sector bancario, al igual que lo ha hecho el PSOE.

Unidas Podemos ha sido muy insistente durante los últimos meses en que Bankia debe convertirse en una banca pública para “asegurar que tengan acceso al crédito los elementos más productivos y dinámicos del sistema” en referencia a los autónomos, las pymes y las empresas de la economía social, “introducir parámetros de justicia en el mercado de las hipotecas y atender las funciones sociales de la banca que otras entidades descuidan, como cajeros en la España vaciada o inversiones en vivienda social".

Ven necesario “impedir la inminente privatización de Bankia, después de que los españoles y las españolas nos hayamos gastado 60.000 millones de euros en el rescate bancario”, razón por la cual incluían esta medida en su programa electoral de los comicios del pasado domingo tras hacerlo también en abril. De hecho, el partido llegó a llevar al Pleno del Congreso el pasado año la creación de una entidad pública de depósitos de inversión a partir de Bankia y su fusión con el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

La propuesta no es, ni de lejos, del agrado de los gestores de Bankiay en más de una ocasión su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, se ha negado rotundamente a que Bankia se nacionalice por completo otra vez. Ha llegado a afirmar que "sería un disparate" y un “despropósito”.

“POCA MEMORIA”

"Me sorprende esta discusión y que tengamos tan poca memoria, porque hace seis años vimos las consecuencias de esos errores. Es un despropósito que Bankia sea un banco público con un objetivo contracíclico en crédito", explicaba en el Congreso el pasado año interpelado, precisamente, por los diputados de Unidas Podemos.

Lo que para Goirigolzarri sería un modelo insostenible de banca, para los de Pablo Iglesias representa el mejor futuro que se le puede dar a Bankia, cuyo futuro es más incierto que nunca tras el reconocimiento por parte de sus gestores y del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) de que este no es el mejor momento para vender la participación superior al 60% que el Estado aún mantiene.

"Me sorprende que tengamos tan poca memoria (...) Es un despropósito que Bankia sea un banco público", afirma Goirigolzarri

Por eso, la solución de Unidas Podemos pasa por quitar a Goirigolzarri del medio. En el programa que presentaron para las elecciones del 10 de noviembre incluían la elección “con carácter inmediato” de un presidente de Bankia "que sí sea capaz de entender el rol que debe desempeñar la banca pública en la mejora del país", una decisión que querían tomar con el apoyo de tres quintas partes del Congreso. La propuesta ya iba incluida en su programa electoral del pasado abril.

TEMOR EN EL MERCADO

El acuerdo al que han llegado PSOE y Unidas Podemos llegaba tan solo dos días después de las últimas elecciones generales y, aunque el pacto alcanzado solamente esboza algunas líneas de actuación, los inversores recuerdan las propuestas que ambos partidos han ido anunciando durante los últimos meses, como la renacionalización de Bankia o las amenazas constantes a la fiscalidad del sector bancario, así como el discurso belicoso de Unidas Podemos contra la banca.

Aunque en la entidad viven la noticia del pacto de gobierno con tranquilidad, lo cierto es que el pacto entre Pedro Sánchez e Iglesias ha despertado los temores de los inversores. Entre las compañías que más sufrían en bolsa ayer estaban la propia Bankia, que retrocedía un 4,55%, CaixaBank, que lo hacía un 4%, y Sabadell, que caía un 2,4%.

También BME, otra de las compañías que se encuentra en la diana fiscal del PSOE. Aunque en su último programa electoral no hablaba de ello, el Impuesto a las Transacciones Financieras, el conocido como tasa Tobin, fue una de las banderas con las que el partido liderado por Sánchez se presentó a los comicios generales del pasado mes de abril.

El Ejecutivo, antes de convertirse en interino, incluyó este impuesto en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 que jamás llegó a aprobarse ante la fuerte oposición de la Cámara Baja, lo que llevó al Gobierno a disolver las Cortes y convocar elecciones. Pero Sánchez no quiso renunciar a este impuesto y lo llevó en su programa para las elecciones generales del 28A, si bien no hizo mención al mismo en sus propuestas de Gobierno para los comicios del pasado domingo. Con todo, el holding que gestiona las bolsas españolas se dejaba un 4,67% en la sesión bursátil del martes.

En todo caso, habrá que esperar para conocer las propuestas concretas del gobierno de coalición, si es que sale adelante. La matemática parlamentaria, al igual que el futuro de Bankia, es un asunto complejo que no se resuelve en 48 horas.

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