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El acuerdo alcanzado entre el Gobierno y Unidos Podemos confirma la creación de un Impuesto sobre las Transacciones Financieras, conocido como la 'tasa Tobin', en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019. En concreto, desde el año que viene se gravarán con un 0,2% las operaciones de compra de acciones.

Tal y como se recoge en el acuerdo, que puede leer aquí de forma íntegra, se creará un Impuesto sobre las Transacciones Financieras "consistente en gravar con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero". Tal y como se explica en el mencionado documento, sólo se someterán a tributación al 0,2% las acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de euros.

BME considera que este nuevo impuesto puede suponer una amenaza para la estructura financiera de las principales compañías españolas

Por lo tanto, no se gravará la compra de acciones de pequeñas y medianas empresas (pymes) ni de empresas no cotizadas. Además, se explica en el acuerdo que quedan fuera del ámbito del impuesto la deuda, tanto la pública como la privada, y los derivados. "Es una medida que proponen e impulsan 10 países de la Unión Europea", defienden Gobierno y Unidos Podemos en el acuerdo firmado este jueves por el presidente Pedro Sánchez y el líder de la formación morada, Pablo Iglesias.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, ya anunció que se fijaría en el impuesto de transacciones financieras francés para tratar de imitarlo. Este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dicho en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que es un impuesto "que ya aplican Francia e Italia" y que forma parte de la "fiscalidad del siglo XXI" que quiere impulsar el Ejecutivo socialista.

Aunque la 'tasa Tobin' ha caído como un jarro de agua fría en el mercado. Tanto que Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha advertido de que el impuesto a las transacciones financieras podría suponer una amenaza para las cotizadas españolas. Para el gestor de las bolsas españolas, esta medida podría distorsionar la distribución de la propiedad de las empresas cotizadas, cuyo 46% estaba en manos de inversores extranjeros a cierre de 2017 -máximos históricos-, y poner en cuestión el atractivo de las mismas.

"En un entorno tal global y competitivo como el actual, esta medida genera desconfianza en la comunidad inversora, producirá inequidad y arbitraje fiscal con otros países de nuestro entorno", ha subrayado BME, según recoge Europa Press. BME considera que este nuevo impuesto puede suponer una amenaza para la estructura financiera de las principales compañías españolas, arietes fundamentales de la competitividad exterior de la economía.

IMPUESTO A LA BANCA... EN 2019

En el acuerdo firmado entre el Gobierno y Unidos Podemos se pone también especial acento en que "hay margen para elevar paulatinamente la recaudación tributaria actuando en distintos niveles". De ahí que no se haya descartado la creación de un impuesto a la banca.

El Ejecutivo centrará sus actuaciones en la lucha contra el fraude fiscal, la reducción de la diferencia entre tipos impositivos nominales y reales que se produce en la tributación de las grandes empresas y la "incorporación al sistema impositivo de aquellos sectores económicos que se encuentran actualmente infragravados o que directamente no tributan", como es el caso del sector financiero y la economía digital, respectivamente. "Concluido el ejercicio fiscal 2019, se estudiarán los rendimientos de las nuevas medidas fiscales al objeto de valorar el impulso del llamado 'impuesto a la banca'".

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