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Lloyds Banking Group registró un beneficio neto atribuido de 1.218 millones de libras esterlinas, unos 1.535 millones de euros, en 2020, suponiendo un desplome del 54,9% respecto al resultado contabilizado un año antes, debido principalmente al impacto de la pandemia de coronavirus, que disparó hasta un 221% las provisiones por impago.
En el conjunto del año, la entidad británica destinó 4.155 millones de libras (4.837 millones de euros) a provisiones, frente a los 1.296 millones de libras (1.509 millones de euros) de 2019.
La cifra de negocio alcanzó en 2020 los 29.167 millones de libras (33.963 millones de euros), un 31,1% inferior que el año anterior, incluyendo un aumento del 5,6% de los ingresos por intereses netos, hasta 10.749 millones de libras (12.516 millones de euros), mientras que los ingresos por comisiones registraron una caída del 17,5%, hasta 1.160 millones de libras (1.351 millones de euros).
Asimismo, los ingresos por intermediación del banco británico en 2020 apuntaron un descenso del 60,5%, hasta 7.220 millones de libras esterlinas (8.408 millones de euros). Por otro lado, el consejo de Lloyds ha recomendado el pago de un dividendo final de 0,57 peniques por acción, el máximo permitido con la regulación actual.
El consejero delegado de Lloyds, António Horta-Osório, quien será sustituido el próximo mes de abril por Charles Nunn, ha defendido que "nuestra sólida posición de capital nos ha permitido reanudar las distribuciones con un dividendo de 0,57 peniques por acción".
