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La inflación británica subió un poco más de lo previsto en enero, mientras el país se mantiene confinado por el Covid-19, empujada por el aumento de los precios de los alimentos y el menor descuento de los artículos del hogar, como los sofás, según mostraron este miércoles los datos oficiales.

Los precios al consumo subieron un 0,7% en términos anuales, tras un incremento del 0,6% en diciembre, según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés). Un sondeo de Reuters entre economistas apuntaba que la tasa anual se mantendría en el 0,6%.

"La inflación subió ligeramente en enero, con el aumento de los precios de los alimentos. Los bienes del hogar también hicieron subir los precios, con menos descuentos este año en artículos como la ropa de cama y los sofás", dijo el estadístico de la ONS Jonathan Athow.

Los precios de los alimentos y las bebidas subieron un 0,6% entre diciembre y enero -frente a una caída del 0,2% en el mismo periodo del año anterior- y los muebles y artículos del hogar bajaron un 1,5%, frente a una caída del 3,3% un año antes.

Los precios del vestido y el calzado cayeron un 4,9% en el mes -el mayor descenso entre diciembre y enero en siete años- y registraron un recorte anual del 3,8%.

La ONS dijo que alrededor del 8% de los precios que normalmente recoge no estaban disponibles, una cifra menor que en noviembre.

La inflación ha estado atascada por debajo del objetivo del 2% del Banco de Inglaterra (BoE) desde mediados de 2019 y los cierres por el Covid-19 la empujaron cerca de cero el año pasado mientras la economía se hundía.

A principios de este mes, el BoE dijo que espera que la inflación repunte bastante hacia su objetivo del 2% en la primavera, ya que el recorte de emergencia del año pasado en el impuesto sobre el valor añadido expira y los precios mundiales del petróleo suben por las expectativas de recuperación.

Los economistas también creen que los precios de algunos productos importados aumentarán debido a la nueva relación comercial de Gran Bretaña con la Unión Europea, que provocó trastornos y retrasos en los puertos el mes pasado.

La ONS añadió que no ha visto pruebas de que las nuevas tasas aduaneras y los costes de transporte relacionados con el Brexit hubieran hecho subir los precios al consumidor en enero.

El Banco de Inglaterra ha subrayado que no tendrá prisa por empezar a retirar sus estímulos sobre la debilitada economía británica, diciendo que esperará a que haya pruebas de un progreso significativo para alcanzar el objetivo de inflación del 2% de forma sostenible.

La versión básica del IPC, que excluye los precios de los combustibles y los alimentos, se mantuvo estable en el 1,4%.

La ONS explicó que los precios de fábrica volvieron a caer, con un descenso del 0,2% en el año, mientras que la medida de los precios de producción básicos subió un 1,4%.

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