• La grasa abdominal es de las más nocivas que produce el cuerpo
  • Las personas que padecen ansiedad suelen preferir los alimentos con más grasa
Mujer triste

Una persona no come lo mismo cuando se siente realmente bien que cuando el estado anímico anda por los suelos. Los trastornos como el estrés o la ansiedad provocan que el cuerpo pida un tipo de alimentación diferente, lo que afecta de una manera poco saludable a nuestro estado de salud.

De hecho, estas reacciones se traducen en un aumento de la grasa abdominal, una de las más peligrosas y que se concentra en torno al vientre. Un artículo elaborado por el portal Lifestyle ha recopilado las tres emociones que más nos llevan a echarnos en brazo de alimentos que favorecen la acumulación de esta grasa.

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1- Ansiedad:

Este problema provoca en las personas la sensación de un aumento de apetito, por lo que hace que sea más frecuente picar algo entre horas. Además, no se pica cualquier cosa, sino que se suele tratar de alimentos ricos en grasas para provocar una mayor sensación de placer.

2- Frustración:

Muchas personas que sufren este problema buscan en la comida una vía rápida para mejorar su estado de ánimo. En este caso, los problemas relacionados con la frustración también afectan a la forma en la que comen las personas.

3- Estrés:

El estrés es otro trastorno que tiene grandes implicaciones en la alimentación de las personas. Según los expertos citados por el digital, las mujeres que padecen estrés postraumático tienen más posibilidades de sufrir problemas de obesidad o sobrepeso.

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