Acudir a los mercados conlleva desvelar tus riesgos y, en un momento como el actual, la crisis del coronavirus se convierte en la principal incertidumbre. Así le ocurre a Avangrid, la filial de Iberdrola, que acaba de cerrar una emisión de bonos ‘verdes’ de 750 millones de dólares (el equivalente a 687 millones de euros). Y, con motivo de esa emisión, señala los riesgos del Covid-19.
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La filial de Iberdrola indica a la Securities and Exchange Commission (SEC) que la situación que rodea al Covid-19 está en desarrollo y la probabilidad de un impacto en la compañía puede ser relevante y creciente cuanto más golpee en los niveles de la actividad económica estadounidense. “Por lo tanto, es difícil predecir con certeza el impacto potencial del virus en el negocio de la compañía, en sus operaciones y en sus condiciones financieras”, añade en el documento remitido a la SEC.
MEDIDAS DE CONTENCIÓN
La filial de la compañía española ahonda en sus explicaciones. Indica al supervisor del mercado estadounidense que no es posible asegurar que el continuo avance del Covid-19 (...) no tenga un impacto en su negocio; a pesar de los esfuerzos por contener el virus, incluyendo las cuarentenas voluntarias y obligatorias, las restricciones a la hora de viajar o reunirse, la reducción de operaciones y el cierre de muchos negocios e instituciones.
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En esos posibles impactos desglosa diferentes escenarios. Por ejemplo, la filial menciona la demanda de sus clientes, por el cierre de industria y comercio. También el posible impacto en su plantilla o un retraso en los pagos por parte de determinados consumidores.
Ese desglose de posibles incidencias, necesario cuando se lanza una emisión al mercado, también indica un posible impacto en la posición de liquidez de la empresa y en la capacidad de acceder a los mercados de capital.
Esta última situación, de momento, Iberdrola la está sorteando con soltura. No sólo por la emisión de Avangrid, también porque la propia matriz lanzó una emisión de bonos verdes a principios de abril por importe inicial de 750 millones de euros. Un tirón por la deuda corporativa que también han aprovechado otras compañías energéticas españolas, como Repsol o Naturgy.
En el caso de la compañía vasca, el peso del mercado estadounidense es relevante porque se trata de su tercer país por ingresos netos, tras España y Reino Unido. El pasado año, este mercado norteamericano le reportó 5.335 millones de euros. España representó ingresos netos por valor de 14.513 millones, según recoge Iberdrola en su informe anual de 2019.
