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El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, y el presidente de IAG, Antonio VázEUROPA PRESS

Dos ofertas rechazadas y una acción en caída que la pone a tiro de otros compradores. Al holding IAG se le ha acabado la paciencia y ha decidido que, “a su debido tiempo”, venderá el casi 4% que ostenta en Norwegian Air.

El horizonte turbulento que afecta a la ‘low cost’ noruega es una de las causas que podría haber motivado este cambio de rumbo, apuntan fuentes del mercado, después de que los nueve meses que lleva entre sus accionistas no hayan servido más que para generar ruido. Por el momento, los accionistas de IAG han dado su apoyo ante la decisión. Sus títulos se dispararon un 2% tras comunicar que descartan una OPA y cerró con un avance de casi un 1% en un contexto de incertidumbre ante el más que posible ‘Brexit duro’.

A los inversores de la noruega no les ha venido muy bien el coqueteo de IAG. La decisión de IAG le costó este jueves un 20% en bolsa. Cuando la matriz de Iberia comunicó su desembarco en la ‘low cost’ noruega con intención de ampliar su participación y lanzar una OPA, los títulos de Norwegian se llegaron a disparar un 47%, hasta superar las 300 coronas. Hoy, sus acciones valen casi un 22% menos, 145 coronas al cierre de este jueves.

La volatilidad de sus títulos ha estado marcada también por la entrada de inversores que, alentados por una potencial OPA de IAG, buscaban rentabilidad a corto plazo. El abaratamiento de su acción abre la puerta a otros interesados y, como ha reiterado Willie Walsh, CEO de IAG, en varias ocasiones, la compañía no estaba dispuesta a entrar en una guerra de OPAs. Además de IAG, la alemana Lufthansa también reconoció conversaciones con la noruega el verano pasado.

AEROLÍNEA ATRACTIVA

El aterrizaje de IAG en el capital de la ‘low cost’ noruega fue una declaración de intenciones en toda regla: la aerolínea tenía potencial y pretendía “iniciar conversaciones” con la posibilidad de formular una oferta pública de adquisición. La operación habría hecho que la matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus ganara posición en el segmento ‘low cost’ y sacara provecho de la posición que Norwegian se ha forjado en el largo radio.

La irrupción de la ‘low cost’ en el mercado transatlántico ha supuesto una amenaza ante la que IAG respondió lanzando su propio segmento de bajo coste, Level. Pero para el mercado, el movimiento lógico era que IAG comprara Norwegian, en línea con su estrategia de crecimiento inorgánico. Tras la fusión de Iberia y British Airways, el grupo compró Aer Lingus y Vueling en 2015.

TURBULENCIAS EN NORWEGIAN

Sin embargo, el rápido crecimiento que Norwegian ha registrado en los últimos años está pasando factura a la aerolínea. Su ambición es liderar el mercado transatlántico y arrebatar cuota a los rivales tradicionales en este terreno, pero la presión de los costes ha llevado a que la ‘low cost’ inicie una reestructuración para contener gastos y lograr un balance equilibrado.

Después de cerrar 2017 con pérdidas de 31 millones de euros por los costes de su expansión y renovación de flota, Norwegian volvió a números negros en 2018. Hasta septiembre, las últimas cifras reportadas, el beneficio ascendía a 163 millones. Aun así, la deuda -que supera los 2.000 millones- sigue siendo una losa y la presión del precio del petróleo también ha pesado en el cierre de año. El consenso de los analistas esperan unas pérdidas de unos 220 millones de euros para el ejercicio completo.

El fundador y CEO de la aerolínea, Bjørn Kjos, lo avanzaba en el informe de tráfico de este mes: “La intensa y continua competencia, los altos precios del petróleo y los desafíos operativos de 2018, combinados con los problemas con los motores Rolls Royce -que han afectado a la operativa de larga distancia-, han tenido impacto en los resultados financieros del segundo semestre”. En estas circunstancias, y tras salvar ‘in extremis’ la falta de liquidez con la que llegó al cierre de diciembre, la aerolínea ha lanzado medidas de reducción de costes con intención de equilibrar las cuentas este año.

Entre esas medidas está el cierre de seis bases el próximo 1 de abril, tres de ellas en España (Palma, Tenerife y Gran Canaria) y cambiar la programación de algunas rutas para rentabilizar mejor la operación. El cierre de las bases no implica, sin embargo, que se dejen de operar esas conexiones, sino un cambio en la estructura de las frecuencias. Norwegian tiene 11 aviones con base en aeropuertos españoles (Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga) y ofrece más de 50 rutas. De los 37 millones de pasajeros que transportó en 2018 -es la tercera ‘low cost’ europea-, 8,6 millones se movieron desde España.

Tras conocer la decisión de IAG, Kjos ha dejado un breve comunicado a través de redes sociales: “Los objetivos y la estrategia de Norwegian permanecen inalterados. El objetivo de la compañía es continuar construyendo un negocio sostenible en beneficio de sus clientes, empleados y accionistas".

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