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CaixaBank ganó 1.705 millones de euros en 2019 después de pagar 369 millones por el Impuesto de Sociedades, un 48% menos que en el ejercicio anterior. El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, achacó esta reducción en la tributación a la "reestructuración". Es decir, al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supuso el recorte del 7% de la plantilla y el cierre de 800 oficinas.
Durante la presentación de los resultados de 2019 celebrada este viernes, Gortázar explicó que el año pasado, el tipo impositivo fue de un 25%, mientras que en 2018 fue del 38,9%. "Es menos porque ha habido los gastos de la reestructuración, que han sido deducibles fiscalmente".
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A pesar de haber pagado la mitad de impuestos, el presidente de la entidad, Jordi Gual, rechazó de pleno el aumento de la carga impositiva que el nuevo Gobierno de coalición quiere imponer a las entidades financieras. "No tiene lógica” que unas empresas paguen más que otras, aseguró tras insistir en que la banca contribuye al Estado "más que otros sectores".
Gual también aprovechó la oportunidad para pedir a PSOE y Unidas Podemos que evalúen el impacto de las medidas económicas que quieren llevar a cabo, como la subida del salario mínimo o la derogación de la reforma laboral. "Las buenas intenciones no son suficientes", aseveró ante los medios.
El directivo valoró positivamente que se alcancen acuerdos con los agentes sociales, pero pidió seguir en la senda de reducción del déficit. "Reducir la deuda pública y el déficit es compatible con las políticas sociales que quiere implantar el Gobierno", remarcó.
EL ERE AFECTÓ A MÁS DE 2.000 EMPLEADOS
Los sindicatos y la dirección de CaixaBank estuvieron negociando el ERE durante cuatro meses, hasta que alcanzaron un acuerdo en mayo del año pasado. El proceso, que tuvo un coste bruto de 978 millones, afectó a unos 2.000 empleados de la entidad, que se adscribieron voluntariamente al tener, al menos, 54 años.
Gortázar ha destacado que 5.000 personas han salido del banco desde 2014, pero que en paralelo se han contratado otros 2.000 trabajadores. El consejero delegado ha descartado que se produzcan más despidos, después de haber negociado un programa de salidas que afectará fundamentalmente a Barcelona.
El ERE también ha repercutido en las cuentas de la entidad, que en 2019 redujo su beneficio neto en un 14,1% interanual, hasta los 1.705 millones. Excluyendo este efecto, el resultado se habría incrementado un 20,4% respecto al ejercicio anterior. Aun así ganó más de que lo que esperaba el consenso de FactSet, que tenía una previsión de beneficio de 1.630 millones.
