EEUU se ha tomado el reciente Mobile World Congress (MWC) de 2019 como un nuevo campo de batalla en la guerra que libra contra el gigante chino Huawei. La administración republicana no ha dejado escapar la oportunidad para evitar que la teleco asiática forme parte del despliegue europeo del 5G. Y los Veintisiete y Reino Unido se enfrentan al dilema de enfadar a su socio o bloquear a Huawei y aplazar la nueva red, por lo menos, dos años.

El origen de la disputa se remonta a las acusaciones del Gobierno estadounidense a la empresa asiática de robo de secretos comerciales y espionaje, a inicios de 2018, por las que ordenó la detención de la directora financiera del gigante tecnológico e hija de su fundador Meng Wanzhou. El choque se enmarca también en la guerra comercial que mantienen EEUU y China, en la que precisamente las patentes de productos estadounidenses son un punto de fricción en las negociaciones que siguen en marcha.

Ahora, la campaña contra el gigante chino de las comunicaciones pretende vetar a la empresa en el despliegue de las redes 5G en Europa. El mismo Donald Trump ha presionado a sus socios europeos para que aislen a la empresa asiática y su secretario de Estado, Mike Pompeo, ha advertido de que el mundo debería "tener los ojos abiertos" sobre los riesgos del uso de la tecnología china.

En concreto, los últimos envites del Gobierno estadounidense han ido dirigidos a evitar que Huawei se lleve una buena porción del pastel de las conexiones de alta velocidad en el Viejo Continente. La contienda ha llegado hasta Barcelona, donde, bajo instrucciones de la Casa Blanca, la delegación estadounidense que ha visitado el evento tecnológico más importante de Europa ha hecho campaña para boicotear a la empresa, protagonizando un enfrentamiento con la compañía, que nunca se pierde su cita con el MWC.

El embajador para la ciberseguridad y las comunicaciones internacionales del Departamento de Estado norteamericano, Robert Strayer, y el directivo del fabricante de telecomunicaciones, Guo Ping, se cruzaron declaraciones sobre las mencionadas acusaciones. Guo aseguró en una ponencia que Estados Unidos "no tiene pruebas" para acusarles e instar a sus socios a que no utilicen productos, y criticó la ironía de estas acusaciones al sostener que la Cloud Act estadounidense permite a sus operadores acceder a los datos más allá de su fronteras.

También aseveró que el gigante chino "no ha hecho nada mal" y que no ha puesto 'back doors' (puertas traseras) -concepto informático que hace referencia a un tipo de programas maliciosos que permiten a sus operadores controlar el equipo infectado- en sus productos ni permitirá a nadie que nunca se pongan.

Por su parte, en un encuentro con la prensa, Strayer reclamó a los países europeos y al sector privado que eviten trabajar en el despliegue del 5G con el suministrador chino y alertó de que la compañía es "engañosa y deshonesta". Insistió en que están preocupados con la compañía, aunque no aportó ninguna prueba concreta, y afirmó que China exige a estas empresas que apoyen y ayuden al "enorme aparato de seguridad" de Pekín sin ningún tipo de control y equilibrio democrático en el acceso y uso de datos que toquen la red o el equipo.

Actualmente ninguna otra compañía se equipara a Huawei en lo que se refiere al desarrollo del 5G

LA POSTURA EUROPEA

Los operadores y las autoridades europeas, por el momento, han evitado pronunciarse y, si lo han hecho, han tirado de diplomacia para no enfadar a EEUU, pero sin dejar de lado a Huawei. Son muy conscientes que apartar a la tecnológica asiática dañaría el despliegue del 5G en el continente y tendría graves consecuencias económicas.

El equipo de red de Huawei ya se ha implementado en las redes 4G en todo el continente, y excluirlo de las futuras redes 5G interrumpirá toda la infraestructura, disparará los costes, y retrasará en el despliegue europeo de 5G al menos hasta 2021. Los expertos avisan de que actualmente no existe ninguna otra compañía capaz de equipararse a Huawei en lo que se refiere al desarrollo del 5G. "Otros competidores, como Ericsson o Nokia tardarían un año en estar al nivel de la organización asiática", declaró en una entrevista a la CNN Dexter Thillien, analista de Fitch Solutions.

Vodafone ha sido hasta la fecha quien ha decidido liderar la defensa del gigante chino frente a la carga de EEUU. El consejero delegado de la compañía, Nick Read, ha avisado de los daños para la industria de prescindir de la tecnología de la empresa con sede en Shenzhen y ha instado a Washington a aportar pruebas que respalden sus acusaciones.

La teleco británica, no obstante, no ha reanudado el uso de los equipos de Huawei en sus redes y está a la espera de que los Gobiernos respalden oficialmente al operador. Pero una postura oficial unificada no está cerca. Alemania y Reino Unido se han limitado a explicar que carecen de pruebas sobre las citadas ‘puertas traseras’ y España ha pedido una “solución europea para lo que es un problema europeo”.

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