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Rodrigo Rato Y Francisco Verdú Presentan Los Resultados De BankiaEUROPA PRESS
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El exinspector de cabecera de Bankia José Antonio Casaus, ha afirmado durante su declaración como testigo en el caso Bankia que BFA, “si no cayó por falta de liquidez, fue por las ayudas públicas”. El aún inspector del Banco de España ha explicado, además, que si BFA y Bankia hubieran constituido dos entidades separadas, “BFA habría sido intervenido y Bankia no”.

Casaus, que este martes declara como testigo en la causa penal que investiga las responsabilidades por la salida a bolsa de Bankia, ha explicado que BFA en abril de 2011 era “un banco en caída libre”. En su opinión, si no hubiera sido por las ayudas públicas, “este grupo se hubiera asfixiado en términos de liquidez”. Casaus ha remarcado que se refería a BFA, no a Bankia.

El exinspector de Bankia cree que la salida a bolsa de Bankia fue “una bombona de oxígeno” para el grupo. “Metes el chute [de capital], parece que cumples el capital, pero es un banco que destruía valor cada día. Estaba en un punto de no retorno”, ha afirmado.

Por ello, para Casaus la salida a bolsa de Bankia no era la solución para BFA. Podría haberlo sido una compra por parte de un inversor extranjero, en su opinión, dado que habría cambiado el gobierno corporativo y habría empezado a tomar medidas como si de una empresa en crisis se tratara, como “cerrar la mitad de las oficinas”.

Más tarde, sin embargo, ha apuntado que la salida a bolsa fue "un error, pero con toda la buena intención" y ha valorado el interés de Bankia en todo momento de "atender al ciudadano".

De cara a la salida a bolsa, Pedro Comín, inmediato superior de los inspectores de Bankia en ese momento, pidió a Pedro Bravo que redactara un 'DAFO' (un documento en el que se analizan debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de un proyecto), en el que colaboraron todos los inspectores. El documento debía analizar no tanto la salida a bolsa como la estructura de doble banco BFA-Bankia.

"Alguien, no sé si un consultor o auditor, ideó una cosa que tenía bastante sentido: vamos a separar de este grupo [BFA] la parte más deteriorada y lo que sacamos a bolsa es la parte menos deteriorada, la parte que esté mejor, y ya eremos con el tiempo si hay que intervenir la parte deteriorada", ha apuntado Casaus, en cuya opinión el banco quería "vender la parte de la manzana que no tiene gusano". "La parte de la manzana que tiene el gusano está podrida", ha dicho en referencia a BFA.

Esta estructura de doble banco no gustó a los inspectores, como explicó en sede judicial Pedro Bravo, el inspector autor del informe. “Lo que a nosotros no nos gustaba nada era la doble estructura del banco (...) era una cosa que se estaba viendo que podía tener problemas de futuro", explicó.

INVIABILIDAD DE BANKIA

Casaus ha explicado, como hizo el lunes su compañero José Antonio Delgado, que el grupo no era viable antes de la salida a bolsa de Bankia. Según su relato, los gestores lo sabían desde entonces (Delgado dijo que ya en abril Rodrigo Rato y Francisco Verdú lo reconocieron), pero lo confirmaron a finales de 2011.

"Ahí se empiezan a dar cuenta de que Bankia va a empezar a perder dinero. Empiezan a pergeñar la posibilidad de solicitar más ayudas, pues se dan cuenta de que el grupo no es viable", describe Casaus, para quien, en todo caso, "que el grupo es claramente inviable se sabe desde la salida a bolsa y el día que sale [a bolsa] a un precio con descuento 75%", es decir, en el verano de 2011.

Según Casaus, el 7 de abril de 2011 los inspectores ya advirtieron a la entidad que un descuento en el precio de salida a bolsa podría traer problemas en cuanto a la valoración de la participación que BFA tenía en Bankia. "Lo dijimos en la salida a bolsa, que si había descuento podría haber discordancia entre el valor neto de las acciones y el valor de mercado", ha dicho.

Casaus ha hablado sobre las reuniones que ya describió Delgado con Rodrigo Rato y Francisco Verdú, presidente y consejero delegado de Bankia en el momento, respectivamente, a principios de marzo. En ellas estuvieron presentes José Antonio Gracia (en ese momento jefe directo de Casaus y Delgado), Pedro González (el superior de Gracia), Delgado y Casaus por parte del Banco de España.

Los inspectores trasladaron a Rato y Verdú cómo veían BFA y Bankia. "Dijimos claramente que BFA no era viable, que BFA era inviable y que Bankia tenía unos problemas gravísimos, que después de saneamientos era un grupo que perdía dinero y que tenía una montaña de vencimientos espantosa", ha apuntado, para después añadir que Rato estaba de acuerdo con que el grupo era inviable.

PRESIONES

En otro orden de cosas, Casaus ha roto una lanza por sus compañeros del Banco de España y el trabajo que realizaron en Bankia, a pesar del "error con buena intención" que supuso la salida a bolsa. "He visto la labor de sacrificio de muchos compañeros durante muchos años, trabajando fines de semana y guardias. Compañeros de seguimiento, pero también jefes del Banco de España que fueron investigados, como Pedro Comín (exjefe de grupo y ex director general adjunto de Supervisión), Jerónimo Martínez Tello (exdirector de Supervisión), Javier Aríztegui (exsubgobernador), Fernando Restoy (exsubgobernador), Miguel Ángel Fernández Ordóñez (exgobernador del Banco de España)... Para todos, mi reconocimiento público", ha dicho.

El exinspector de Bankia ha reconocido que tenía libertad para trabajar, aunque quizás no era el caso de sus jefes. "Yo tenía una libertad absoluta y total, quizás más arriba no", ha dicho, y ha añadido que le explicaron que "cuando eres jefe de grupo puedes decir que no a la jefatura una vez, pero no más".

No obstante, ha reconocido que sus superiores le obligaron a poner en uno de los informes de seguimiento, el de marzo de 2011, un párrafo en el que indicaba que Bankia tenía provisiones suficientes para los siguientes dos años. Esta afirmación ha sido utilizada por la mayoría de los encausados para justificar que el Banco de España estaba de acuerdo con la buena marcha de la entidad.

Según ha explicado, transmitió su opinión a su jefe de grupo, entonces Pedro Comín, que se lo comentó a su inmediato superior, Pedro González. Más tarde, Comín pidió a los inspectores que incluyeran su opinión, pero "sin comprometer las cuentas" de Bankia. Fue entonces cuando Casaus decidió incorporar esa afirmación y no se negó "por falta de coraje", pues él pensaba que la entidad necesitaba saneamientos por 8.000 millones de euros.

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