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Carles Puigdemont press conference in BelgiumThierry Roge/BELGA/dpa

Como si del 'efecto Streisand' se tratara, la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de anular la candidatura de Carles Puigdemont y la polémica desatada a posteriori han brindado un impulso inesperado al expresident de la Generalitat. El alboroto generado ha dado alas al del cabeza de lista de Lliures per Europa (Junts), a quien el independentismo daba por amortizado. Sus partidarios tienen ahora esperanzas de vencer a los díscolos del PDeCAT y de desbancar a ERC en la lucha por al hegemonía del independentismo.

Ya no está tan claro quién ganará el duelo entre el exlíder catalán autoexiliado en Waterloo y el dirigente republicano, Oriol Junqueras. Si bien este último era caballo ganador hace escasos días, el recurso de PP y Ciudadanos ante la JEC, que la máxima autoridad electoral aceptó, y la posterior impugnación de su candidatura, junto a la de los exconselleres Toni Comín y Clara Ponsatí, ha dado un espaldarazo a Puigdemont que no hubiera logrado ni con la mejor de las campañas publicitarias.

La decisión de la Justicia española, primero de la Fiscalía, después del Tribunal Supremo y de los juzgados de Madrid, de permitir que encabece la lista del espacio neoconvergente, junto a los números dos y tres de Lliures per Europa "ha resucitado al exlíder catalán", según fuentes próximas al partido. Antes de este episodio, "sus posibilidades de hacerse con un escaño en el Europarlamento eran más bien escasas", reconocen las mismas fuentes y los díscolos del PDeCAT esperaban su momento para culminar la rebelión que, según explican, lleva tiempo fraguándose en el seno de los herederos de Convergencia.

Si Puigdemont logra su asiento en Estrasburgo, "las perspectivas de refundar la derecha catalana moderada quedarán enterradas", explican fuentes conocedoras a Bolsamanía. Los díscolos postconvergentes ya sufrieron una dura purga antes de la campaña de las elecciones generales del 28 de abril, cuando salieron malparados de la guerra entre familias del PDeCAT. Personalidades como el exportavoz de la formación en el Congreso, Carles Campuzano, quedaron relegados y el líder en el exilio impuso a los suyos.

Esta situación, según ha podido saber este medio, ha dejado al PDeCAT a punto de explotar. La revuelta de los posibilistas se fragua desde el fracaso de las negociaciones con Pedro Sánchez por los presupuestos generales y el entorno de los críticos con la vía puigdemontitsta se prepara para una escisión. Los resultados de las elecciones generales no fueron tan demoledores como esperaban, por lo que compran tiempo esperando un doble fracaso de Puigdemont: en Estrasburgo y en la alcaldía de Barcelona.

Empresarios y sectores económicos, fundamentalmente de Barcelona, presagiaban un mal resultado para el president fugado el 26 de mayo que desataría una "diáspora importante" de figuras del PDeCAT. Esperaban generar una "nueva fuerza dentro de Cataluña que recoja el mainstream catalán de centro, moderado, catalanista y español". Ahora, temen el vuelco en las urnas después de que la polémica de la candidatura haya insuflado vida en el exconvergente.

LA HEGEMONÍA INDEPENDENTISTA

La buena forma de ERC es indudable. Los 15 diputados obtenidos por Gabriel Rufián en el Congreso y la 'pole position' de Ernest Maragall en la batalla por Barcelona, a quien las encuestas dan como el candidato más votado, hacen presagiar que Oriol Junqueras también reclame su asiento en el Parlamento Europeo.

El enfrentamiento Puigdemont-Junqueras pone en juego también el timón del independentismo y el destino del Govern de la Generalitat. No son pocas las voces que avisan de que si ERC revalida en europeas y municipales su buen resultado en los comicios estatales, podrían precipitar la ruptura con sus socios y acelerar unas elecciones autonómicas. No obstante, algunos analistas aseveran que esta cita en las urnas deberá esperar a la sentencia del juicio del 'procés'. Es decir, a finales de año.

La gran pregunta es si el expresidente catalán tiene alguna posibilidad de obtener el porcentaje de votos que se requieren para lograr un asiento en la cámara europea. España debe repartir 59 eurodiputados entre las fuerzas que concurren a estos comicios que, al ser de circunscripción única, aglutinan votos de todo el Estado. Es por este motivo que algunos analistas indican que podría arrastrar votantes del resto del Estado.

Pero tiene cosas en contra: no concurre con el PNV como solía hacerlo el espacio convergente. En contraposición, ERC sí ha unido fuerzas con Bildu. Y, además, para lograr representación en Estrasburgo se necesita el 2% de los votos, más de 300.000 apoyos.

En las anteriores elecciones europeas, la antigua CiU, en coalición con el PNV se hicieron con tres escaños, los de Ramón Tremosa i Balcells, Francesc de Paula Gambús i Millet y Izaskun Bilbao Barandica. ERC, conquistó dos: Josep Maria Terricabras i Nogueras y Ernest Maragall, probable ganador de las elecciones municipales que también se celebran el 26 de mayo.

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