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Un paso en la buena dirección. Así ha resumido la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, su visita diplomática a China, donde ha mantenido diversas reuniones con representantes económicos del gigante asiático como el viceprimer ministro He Lifeng o el primer ministro Li Qiang. Según Yellen, estas reuniones han servido para "ayudar a construir un canal de comunicación resistente y productivo con el nuevo equipo económico de China".

No obstante, Yellen ha reconocido que sigue habiendo "desacuerdos significativos" entre las posturas de las dos principales economías del mundo y que, aunque este viaje ha acercado posturas entre Washington y Pekín, "ninguna visita resolverá nuestros retos de la noche a la mañana".

La relación entre Estados Unidos y China se ha deteriorado en los últimos años. Entre las cuestiones que dividen a los países figuran los derechos humanos en Sinkiang (región habitada mayormente por gente de la etnia uigur) y Hong Kong, las reivindicaciones territoriales sobre Taiwán y el Mar de China Meridional y el avance de Pekín sobre industrias como los semiconductores o la inteligencia artificial. Todo esto ha llevado a ambas potencias a entablar una guerra comercial en la que han restringido mutuamente exportaciones clave para acceder a una serie de tecnologías avanzadas.

En este sentido, la secretaria del Tesoro ha subrayado la necesidad de mejorar la comunicación entre Estados Unidos y China para intentar superar este problema y ha indicado que tanto el presidente Joe Biden como ella misma "no vemos la relación entre ambos en el marco de un conflicto entre grandes potencias".

De igual modo, la economista estadounidense definió sus reuniones con los representantes chinos como "directas, sustanciales y productivas" y ha recalcado la idea de que ambos países entablen una "competencia económica sana".

"Creemos que el mundo es lo suficientemente grande para que nuestros dos países prosperen. Pero tenemos la obligación de gestionar la relación de forma responsable. Tenemos que encontrar la manera de vivir juntos y compartir la prosperidad global", añadió Yellen en una comparecencia de prensa al término de su visita, al tiempo que destacó que ambas partes tendrán "una comunicación más frecuente y regular" en el futuro, de la cual "se derivarán beneficios".

Los datos comerciales parecen refrendar esta tesis ya que, pese al aumento de las tensiones, el comercio entre ambos países creció por tercer año consecutivo. En 2022, China exportó bienes por valor de 536.000 millones de dólares hacia EEUU, mientras que EEUU exportó bienes valorados en 154.000 millones de dólares en la otra dirección.

Yellen también instó a Pekín a colaborar con Estados Unidos en materia de cambio climático y pidió su apoyo a instituciones como el Fondo Verde para el Clima, creado para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y reducir sus efectos.

LA GUERRA DE LOS CHIPS

El último episodio de recrudecimiento de las tensiones entre Washington y Pekín tiene que ver con los chips y los semiconductores, un sector que ha ido cobrando protagonismo en el último año, especialmente tras el auge de la inteligencia artificial.

El pasado septiembre, Estados Unidos pidió a Nvidia que dejara de exportar chips concretos a China por preocupaciones relativas a la seguridad nacional. En los siguientes meses, socios comerciales como Países Bajos o Japón también restringieron sus exportaciones, tensando todavía más la cuerda con Pekín. La gota que colmó el vaso llegó hace una semana, cuando Washington dificultó todavía más el acceso a Pekín a la tecnología para crear los semiconductores más avanzados, una medida a la que el gigante asiático respondió anunciando estrictos límites a las exportaciones de metales críticos para esta industria como el galio o el germanio.

Yellen ha asegurado que se ha producido un acercamiento entre ambas partes, aunque sin llegar a un acuerdo. "Creemos que es posible lograr una relación económica mutuamente beneficiosa a largo plazo que apoye el crecimiento y la innovación en ambos lados. EEUU no busca desacoplarse de China. Pero una cosa es desacoplarse y otra diversificar las cadenas de suministro más críticas o adoptar medidas específicas por motivos de seguridad nacional", explicó la secretaria del Tesoro.

A este respecto, Yellen ha asegurado que un "desacoplamiento" de las "dos economías más grandes del mundo" sería "desastroso para ambos países y desestabilizador para el mundo". "Sería algo imposible de emprender. Queremos una economía global dinámica y saludable, abierta, libre y justa, no una que esté fragmentada y obligue a los países a tomar partido", añadió.

Según Yellen, la competencia sana entre ambos países será "sostenible" solo si beneficia a ambas partes" y destacó que trasladó la preocupación estadounidense sobre "las prácticas económicas injustas de China", como políticas no basadas en el mercado o las barreras al acceso al mercado chino para las empresas extranjeras.

"Un trato justo es fundamental para que empresas y trabajadores estadounidenses compitan en igualdad de condiciones y se beneficien económicamente del comercio y la inversión con China", ha subrayado Yellen, quien ha asegurado que ha tratado de "disipar sus temores de que hiciéramos algo que tuviera un impacto generalizado en la economía china".

En respuesta, el Ministerio de Finanzas chino afirmó que "la naturaleza de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa y beneficiosa para ambas partes" y que no hay ganador en una guerra comercial.

La reunión de Yellen podría ser la antesala de una reunión entre Biden y el presidente chino Xi Jinping el próximo septiembre en la cumbre del G20. Hace dos semanas, el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, visitó China y, en los próximos días, John Kerry, enviado presidencial especial para el clima, también tiene previstas una serie de reuniones en el gigante asiático.

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