"El año 2020 debería ser otro año de crecimiento por debajo del potencial para la Eurozona, pero no de recesión". Son palabras de la agencia de calificación Standard & Poor's, que coincide con el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, quien hace unos días aseguró que "la posibilidad de una recesión en Europa es muy reducida". S&P ha lanzado un informe en el que analiza la situación de la región del euro, aseverando que los consumidores "no se rendirán" y que lograrán mantener a flote la economía europea.

Como dice S&P, "aunque el riesgo de recesión en la zona euro podría haber alcanzado su punto máximo, el crecimiento seguirá siendo lento". Sus previsiones apuntan a un aumento del PIB de la Eurozona del 1,0% en 2020 y del 1,2% en 2021, tras el 1,2% estimado para este año. "Nuestro indicador de recesión apunta a un riesgo decreciente de alrededor del 8% para los próximos 12 meses", remarca la agencia de calificación.

No obstante, pese a que los datos recientes sugieren que "la recesión industrial podría estar tocando fondo, no esperamos un fuerte repunte de la actividad industrial", apunta Marion Amiot, economista senior de S&P Global Ratings. De hecho, las perspectivas de la agencia sobre demanda externa siguen siendo escasas. "Las tensiones comerciales continuarán obstaculizando el comercio mundial, mientras que la desaceleración de las economías china y estadounidense significa que la demanda de importaciones de bienes europeos seguirá siendo moderada", apunta en el informe.

Como resultado, el crecimiento seguirá apoyado en la demanda interna, es decir, en el consumo de los hogares y en la inversión en vivienda. "La demanda interna seguirá impulsando el crecimiento, ya que la debilidad externa sigue pesando sobre el rendimiento industrial de la zona euro, especialmente en Alemania e Italia", asegura S&P, que cree que serán los consumidores los que "mantener la Eurozona por encima del nivel del agua en 2020".

En este sentido, apunta que Francia y España (ha empeorado la previsión del PIB) superarán a la media de la zona euro gracias a sus economías "más orientadas a los servicios", mientras que las de Alemania e Italia, "más dependientes de las exportaciones de manufacturas para crecer, seguirán sufriendo la debilidad de la demanda externa".

LOS RIESGOS NO SE HAN DISIPADO

"El principal riesgo a la baja para el crecimiento -una posible escalada en las disputas comerciales- no se ha evaporado, lo que hace más probable que la debilidad de la industria manufacturera se traduzca en mercados laborales más débiles y, por lo tanto, en una demanda interna más débil", señala Amiot. Aunque de momento no hay que temer por ello, ya que el escenario central de S&P es que la solidez del mercado laboral, el aumento de los salarios y la baja inflación garantizarán que el consumo de los hogares siga siendo resistente.

Aunque, eso sí, la tasa de ahorro de los hogares "se mantendrá por encima de su media a largo plazo". "En una era de tasas de interés bajas a negativas, los hogares se ven obligados a ahorrar más hoy en día para alcanzar un nivel de vida similar cuando se jubilan, especialmente aquellos que no son dueños de sus casas", dice la agencia.

Tal y como apunta "es probable que la combinación de políticas siga siendo desequilibrada", dado que la Comisión Europea espera que la política fiscal se mantenga próxima a la neutralidad el año que viene, lo que significa que "la política monetaria volverá a hacer el trabajo pesado". De esta forma, si los datos no muestran más signos de mejora del crecimiento, S&P cree que "el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que recortar su tipo de interés de los depósitos en otros 10 puntos básicos, quizás en marzo de 2020".

En su opinión, en un contexto de relajación sin precedentes desde la última crisis, "la política monetaria se está quedando sin potencia de fuego". Por ello, "cualquier estímulo fiscal sería un riesgo al alza bienvenido para nuestro escenario de 2020", señala la agencia de calificación, que cree que "sería más eficaz para reflejar la economía que reducir aún más los tipos de interés".

"Por ahora, nos atenemos a la opinión de que es poco probable que el BCE ponga fin a la expansión cuantitativa antes de 2021 o aumente los tipos antes de 2022", concluye.

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