milei motosierra

Javier Milei avisó durante su toma de posesión como nuevo presidente de Argentina de que se avecinaban fuertes recortes. "No hay alternativa posible al ajuste, no hay plata", aseguró en su discurso. Dicho y hecho. La motosierra, que se convirtió en una de sus señas de identidad en la campaña electoral, se ha puesto en marcha con un paquete de medidas de shock destinado a estabilizar la economía.

Este martes, el ministro de Economía, Luis Caputo, daba a conocer una serie de iniciativas que incluían una devaluación del peso argentino del 54%, una reducción al mínimo de las transferencias discrecionales a las provincias, que el gobierno federal no financie ninguna nueva obra pública, con una cancelación de las que se han licitado y no se han ejecutado, y que se recorten los subsidios a la energía y el transporte.

"Estos nuevos planes de 'terapia de shock económico', son unas medidas drásticas, pero han sido bien recibidas por el FMI", explica Victoria Scholar, directora de inversiones de Interactive Investor.

En este sentido, cabe destacar que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha aplaudido el anuncio, ha indicado que "su aplicación decidida ayudará a estabilizar la economía y a sentar las bases para un crecimiento más sostenible y liderado por el sector privado".

Sin embargo, los expertos prefieren optar por la prudencia a la espera de más detalles sobre el plan de ejecución del Gobierno.

"El anuncio carecía de muchos detalles importantes y probablemente no fue la sorpresa que muchos esperaban, pero es probable que los mercados acojan con satisfacción el hecho de que la principal prioridad haya sido un profundo ajuste fiscal", indica Thierry Larose, gestor de Vontobel.

En relación con el reajuste del tipo de cambio, Caputo sí que proporcionó más información al señalar que se llevaría a cabo una devaluación única de alrededor del 54% del tipo de cambio bilateral entre el peso y el dólar estadounidense (de 366,5 a 800), y la aplicación de una paridad móvil del 2% mensual.

"Esto último significa que el tipo de cambio bilateral frente al dólar estadounidense se ajustará diariamente de manera creciente en unos pocos centavos. Esta fue la única sorpresa, ya que la mayoría de los analistas y observadores del mercado esperaban una devaluación de entre el 43% y el 47% (o 650-700 pesos por dólar)", agrega Larose.

La medida se reforzará con un aumento del impuesto sobre las importaciones (Impuesto País) del 17,5%, y un impuesto sobre las exportaciones no agrícolas del 15%. Además, se impondrá un gravamen del 60% a las transacciones minoristas extraterritoriales.

Asimismo, el nuevo ministro de Economía se comprometió a eliminar todos los derechos de importación.

No obstante, "no se dijo nada sobre los flujos financieros y aún no sabemos si se eliminarán las restricciones sobre el tipo de cambio offshore (también conocido como Blue Chip Swap Rate). Además, creemos que el ritmo de subida del 2% mensual podría ser demasiado bajo, ya que la inflación supera actualmente el 200% anual", comenta el estratega de Vontobel.

Caputo tampoco realizó anuncios sobre las múltiples restricciones cambiarias que Milei prometió levantar durante la campaña ni sobre cómo resolverá el problema de los pesados pasivos del Banco Central.

SIGUE HABIENDO INTERROGANTES

Durante la presentación del paquete de "urgencia", el ministro de Economía advirtió a los argentinos que los próximos meses serán "difíciles" en materia de precios por la "herencia de inflación reprimida", pero que de no adoptar estas medidas "urgentes", la pobreza, que actualmente ronda el 45% de la población, crecerá y habrá "mayor inflación y mayor sufrimiento".

Con todo, desde Vontobel reiteran que se mantienen "cautelosamente optimistas" sobre las posibilidades de que la nueva administración pueda frenar la situación fiscal y volver a controlar la espiral inflacionista.

"Sigue habiendo importantes interrogantes: aún no sabemos si la devaluación, mayor de lo previsto, bastará para detener la sangría de las reservas brutas de divisas, que ya son negativas en términos netos", subraya Larose.

"Y seguimos esperando más detalles prácticos sobre la aplicación del ajuste fiscal y sobre cómo abordará el banco central la insostenible bola de nieve de sus pasivos remunerados", añade.

Aunque en la gestora estiman que las intenciones son "ciertamente buenas", insisten en que se necesita una aclaración sobre el plan de ejecución.

"La implementación sigue siendo clave, pero si tiene éxito, ayudaría con la acumulación de reservas de divisas, reduciría la impresión de dinero, ayudaría a las negociaciones con el FMI respecto de los objetivos incumplidos y, eventualmente, podría permitir que el gobierno logre un superávit primario el próximo año, además de recuperar el acceso a los mercados internacionales de capitales", opina Eirini Tsekeridou, analista de renta fija de Julius Baer.

"Si el equipo económico fuera incapaz de atajar rápidamente la inflación con esas medidas, el riesgo de que se acabe el periodo de luna de miel del que disfruta Milei se traduciría en una reacción social y en un problema de gobernabilidad, dada la falta de mayoría del presidente en el Congreso", concluye Larose.

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