• La desmoralización crece en el organismo por "no haber contado nunca con opciones"
  • Guindos y el candidato irlandés, Philip Lane, inician hoy la carrera final hacia el BCE
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Detalle del edificio del Banco de España en Madrid

El Banco de España (BdE) vive sus horas más bajas. A la cesión de funciones monetarias y supervisoras en favor de las instituciones europeas, común con otros bancos centrales nacionales, y al manto de sospechas que ha dejado la crisis financiera se suma ahora otro golpe que constata su pérdida de protagonismo, simbolizada bien a las claras en la candidatura del ministro de Economía, Luis de Guindos, a la vicepresidencia del BCE.

"Hemos desaparecido", lamentan con crudeza fuentes del supervisor español. La decisión del Gobierno español de postular al aún titular de la cartera de Economía como 'número 2' del BCE, cargo que el portugués Vítor Constancio dejará libre en junio, viene a ser la puntilla para la pérdida de protagonismo del BdE en los últimos años.

El malestar existente no se ciñe exclusivamente a la decisión final, porque en el seno de la entidad se daba por hecho desde hace tiempo que no había ningún proceso y que el único candidato era Luis de Guindos, sino al hecho de que "ni siquiera nadie [del BdE] ha entrado en las quinielas". "Nunca hemos contado con opciones", indican.

CONTRASTE CON IRLANDA... Y CON EL PASADO

El desánimo que provoca esta realidad crece por el contraste que supone tanto con la candidatura contra la que Guindos pugnará como con la historia española en el BCE. El rival del ministro español para hacerse con la vicepresidencia será Philip Lane, actual gobernador del Banco Nacional de Irlanda. Es decir, aunque los bancos centrales nacionales del euro también han cedido la mayor parte de sus competencias -al menos, las más importantes- al BCE, no han perdido tanta influencia ni autoridad en sus países como el Banco de España. Sus presidentes o gobernadores y consejeros todavía conservan apoyos y credenciales suficientes como para aspirar a los cuadros de mando del Banco Central Europeo y que sus países apuesten por ellos.

En España, sin embargo, no es así. Y la designación de Luis de Guindos castiga aún más a una institución vapuleada en los últimos años. Si la sombra de la crisis, con eventos como las 'fusiones frías' de las cajas de ahorros o la salida a bolsa de Bankia, ya se proyectó sobre el mandato de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del BdE entre 2006 y 2012, su sucesor en el cargo, Luis María Linde, no se ha librado de la pérdida de autoridad de la institución y sus seis años al frente de la entidad nunca se han despojado de un ambiente de provisionalidad. Con 72 años de edad -cuando deje el cargo en junio de este año tendrá ya 73-, Linde no figuraba en ninguna quiniela de Moncloa para promocionarlo al BCE. Tampoco su número 2, Javier Alonso, un 'histórico en el BdE -ingresó en la 'casa' a finales de los años 70-, que también dejará de ser subgobernador en junio pese a que sólo lleva en el puesto desde enero de 2017. Y en el Consejo de Gobierno de la entidad tampoco se ha encontrado a nadie adecuado.

Con Eugenio Domingo Solans y con José Manuel González-Páramo se entendió que el Banco de España era la mejor 'escuela' para encontrar candidatos para el BCE. Pero los tiempos han cambiado

El BdE, por tanto, no ha servido esta vez como 'cantera' de la que extraer un candidato para el BCE. Esta vez, porque en otra época sí lo fue, y aquí radica la segunda vía del contraste. Los dos representantes que España ha tenido hasta la fecha en el Comité Ejecutivo de la institución, al que Guindos llegará en calidad de vicepresidente si finalmente resulta elegido, provenían del Banco de España. Eugenio Domingo Solans, integrante de ese Comité Ejecutivo entre 1998 y 2004, llegó a Fráncfort, donde el BCE tiene su sede, tras ser consejero del Banco de España y miembro de su Comisión Ejecutiva. En cuanto a José Manuel González-Páramo, formó parte del Comité Ejecutivo del BCE entre 2004 y 2012 tras ser igualmente miembro del Consejo de Gobierno y de la Comisión Ejecutiva del Banco de España. Como miembros de la cúpula del banco central nacional y como conocedores de la teoría y el manejo de la política monetaria, así como de otras cuestiones relevantes como la legislación bancaria o los medios de pago, se entendía que el Banco de España constituía la mejor 'escuela' para encontrar a los candidatos idóneos para el BCE.

UNA NUEVA ETAPA

Pero ahora no se ha entendido así. La situación es otra. Es que en el BdE no había candidatos, se dice. O no se ha querido que los hubiera, matizan desde el entorno del Banco de España. Porque la sensación es que este escenario no es casual, que ni el Ejecutivo de Mariano Rajoy ni el Ministerio de Economía han mostrado demasiado interés en la preparación o promoción de candidatos en el seno del Banco de España desde su llegada al Gobierno en 2011. Y eso que no supone ninguna sorpresa el ciclo de sucesiones que se abre ahora en el BCE, puesto que hasta finales del próximo año dejarán su cargo cuatro de los seis integrantes del Comité Ejecutivo de la entidad, incluyendo el vicepresidente, este año, y el presidente, Mario Draghi, en 2019. El calendario de los relevos está disponible desde el mismo momento en que alguien es nombrado, puesto que los mandatos se prolongan durante ocho años no renovables, con lo que los países cuentan con tiempo de sobra para preparar a sus candidatos e introducirlos en los círculos de poder europeos.

Precisamente por los reveses acumulados en los últimos años y la merma de credibilidad que ha sufrido el organismo, fuentes del BdE reclaman al Ejecutivo que se tome en serio las sustituciones de Linde y Alonso en los próximos meses. Piden que se nombre a alguien con la edad, el ímpetu, la preparación y la autoridad suficientes como para dejar atrás los 'años oscuros' e iniciar una nueva etapa en el Banco de España.

EXAMEN EN EL PARLAMENTO

Para entonces, ya se habrá resuelto el futuro de Luis de Guindos. Este miércoles, de hecho, tanto él como Lane serán 'examinados' en el Parlamento Europeo. Ambos candidatos comparecerán a puerta cerrada ante la Comisión de Economía de la Cámara europea. Aunque la opinión del Parlamento no es vinculante para la elección de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, esta cita cuenta con relevancia porque Guindos y Lane defenderán en ella su candidatura en primera persona.

Tras esta comparecencia, la gran criba se producirá en el Eurogrupo que se celebrará el 19 de febrero. El candidato que obtenga ese día el apoyo de 14 de los 19 países del euro, representativos de al menos el 65% de la población de la Eurozona, será el propuesto para hacerse con la vicepresidencia. Un día después, el Ecofin adoptará formalmente la candidatura elegida y la elevará al Consejo Europeo, que llevará a cabo la designación definitiva en la reunión de los días 22 y 23 de marzo. Hasta la fecha, el Consejo nunca ha llevado la contraria al Eurogrupo. Por eso el cónclave del próximo lunes será tan relevante.

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