• Si los cálculos del Gobierno son ciertos, dejará el ministerio el 23 de marzo
  • Guindos subraya que la mejoría económica avala su llegada a Fráncfort
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El ministro de Economía, Luis de Guindos.

Luis de Guindos lo tiene claro. Su candidatura, oficial desde este miércoles, a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) cuenta con "los apoyos suficientes" para acceder al cargo. Defiende su nominación con tres avales principales: la recuperación económica, la reforma bancaria y la reducida representación de España en los puestos de mando europeos.

Sobre este último asunto, la tan denunciada infrarrepresentación española en Europa, Guindos fue claro. "Es una realidad, y las realidades se perciben", afirmó este miércoles, en el transcurso de la rueda de prensa que protagonizó para presentar su candidatura, para evidenciar que supone uno de los argumentos que respaldan su candidatura.

Más que nada, porque, a su juicio, esta vez es diferente, ya que España sí cuenta con todas las opciones para regresar al Comité Ejecutivo del BCE, que actúa como auténtica sala de máquinas de la entidad con sus seis integrantes -presidente, vicepresidente y cuatro miembros más-. España ya estuvo representada en él por dos personas, Eugenio Domingo Solans (1998-2004) y José Manuel González-Páramo (2004-2012). La secuencia se rompió en 2012 no por gusto de España, sino porque el candidato que se presentó entonces, Antonio Sainz de Vicuña, no fue elegido. Como tampoco logró el Gobierno que Guindos alcanzara la presidencia del Eurogrupo en 2015. Ahora, sin embargo, el Gobierno está convencido de que sí lo logrará, y además por elevación, porque España retornará al Comité con la vicepresidencia, un puesto que hasta ahora han ocupado un francés, Christian Noyer, un griego, Lucas Papademos, y un portugués, Vítor Constancio, cuyo mandato de ocho años caduca el 31 de mayo.

¿Qué diferencia aquellas situaciones de la actual para que Mocloa esté tan segura de que esta vez es la buena? Una. Principalmente una, en opinión del aún ministro de Economía: el "contraste notable" entre la España de 2012 y la de 2018.

Por el camino ha mediado una recuperación económica que Guindos muestra ahora como su gran aval para llegar a Fráncfort pese a que nunca, en la aún breve historia del BCE desde su fundación en 1998, un ministro ha dado el salto directo a la institución monetaria. Ha habido miembros que años antes de llegar al BCE tuvieron carrera política y, sobre todo, hubo un miembro, el alemán Jörg Asmussen, que saltó de ser viceministro de Finanzas al Comité Ejecutivo, pero nunca se ha producido un paso tan directo como el pretendido ahora por España, todo un riesgo por el celo con el que el BCE defiende su independencia.

Para evidenciar ese contraste, el ministro resaltó que estaba dando la rueda de prensa en la misma sala en la que en 2012 anunció la petición del rescate bancario. Y que entonces la prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, superaba los 600 puntos básicos, mientras que ahora se limita a los 65. Donde antes había recesión, ahora España muestra crecimientos superiores al 3% durante los tres últimos años. "Y revisiones al alza de las previsiones", expuso en referencia a la realizada este miércoles por la Comisión Europea, que elevó sus expectativas de crecimiento para España del 2,5% al 2,6% en 2018. Guindos expresó su "satisfacción" por este cambio.

CON EL DURO 2012 A SU FAVOR

Eso sí, aunque la recuperación económica es evidente, no constituye uno de los requisitos que el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) exige a las personas que aspiran a llegar al BCE. "El presidente, el vicepresidente y los demás miembros del Comité Ejecutivo serán nombrados por el Consejo Europeo, por mayoría cualificada, de entre personas de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios, sobre la base de una recomendación del Consejo y previa consulta al Parlamento Europeo y al Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo", recoge el artículo 283.2 del Tratado.

Consciente de estas exigencias, y de que, a diferencia del candidato presentado por Irlanda, Philip Lane, no cuenta con experiencia ni formación específica en asuntos monetarios, Guindos apeló a su experiencia bancaria. En concreto, "a las duras medidas tomadas en 2012 y 2013" para impulsar el saneamiento del sector financiero y la reforma bancaria. Y teniendo en cuenta que la banca actúa como correa de transmisión de la política monetaria y de que Europa sigue trabajando en la Unión Bancaria, Guindos considera que aquella experiencia también juega a su favor en la carrera hacia Fráncfort.

Porque es el destino que le espera. El cuartel general que el BCE tiene en la ciudad alemana. "Soy el miembro más antiguo del Eurogrupo", manifestó también para subrayar todo el tiempo que lleva ya de ministro. Pero si sus previsiones y las del Gobierno están en lo cierto, no le queda mucho. Presentará su "dimisión inminente" si en el Consejo Europeo del 23 de marzo resulta elegido finalmente para la vicepresidencia del BCE. Para ello necesita el apoyo de al menos 14 de los 19 países del Eurogrupo, representantes de por lo menos el 65% de la población. "Contamos con los apoyos suficientes", afirmó, rotundo, Guindos este miércoles.

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