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El Brexit se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los británicos y para el resto de europeos, que están en medio de un laberinto del que no parece haber salida. Y eso que solo quedan días para la fecha prevista para la salida de Reino Unido de la UE (29 de marzo). En la última semana apenas ha cambiado nada, más allá de la posible prórroga que debe oficializar el Parlamento, ya que siguen los mismos obstáculos. No obstante, ahora todos parecen apuntar en la misma dirección: la salida de Theresa May del número 10 de Downing Street puede ser la solución.

Todas las opciones sobre el Brexit vuelven a estar sobre la mesa: puede haber Brexit con acuerdo o una salida desordenada, puede revocarse el artículo 50, los diputados pueden presentar otra moción de confianza contra la primera ministra o puede incluso que los británicos soliciten a la Unión Europea un aplazamiento mucho mayor, aunque eso implique tener que celebrar las elecciones europeas. La incertidumbre política continua, hasta el punto de que la situación se está convirtiendo en un auténtico drama.

Lo cierto es que las alertas sobre la posibilidad de un Brexit 'duro' se han disparado en los últimos días, sobre todo después de que el bloque comunitario haya concedido a Reino Unido la prórroga, aunque con condiciones, porque dependerá de cómo proceda el Parlamento. El retraso se hará efectivo hasta el 22 de mayo si la Cámara de los Comunes aprueba el Acuerdo de Retirada que Londres y Bruselas cerraron, algo por lo que pocos apuestan, y si los diputados vuelven a rechazarlo la fecha fijada en el calendario es la del 12 de abril. Ese día se producirá la salida sin acuerdo a no ser que Westminster opte por presentar un escenario alternativo o presionar para lograr una extensión más larga a cambio de presentarse a las elecciones europeas que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo.

Sin embargo, la opción que más fuerza ha cogido es la de la salida de Theresa May. Los analistas coinciden en que la 'premier' lo tiene muy difícil para mantenerse en el cargo tras los últimos acontecimientos, y dudan de que sea capaz de conseguir el respaldo del Parlamento británico a su acuerdo. De hecho, destacan que lo más probable es que los diputados logren acercar posturas una vez que la primera ministra salga del Gobierno.

La posibilidad de destituir a May vuelve a estar encima de la mesa, y más después del discurso que dio antes de la reunión del Consejo Europeo la semana pasada, en la que aludió a la irresponsabilidad de los diputados para explicar por qué no se había avanzado en el Brexit. "Después de las palabras de May, si bien comprensibles en cierto modo, con las que golpeó a los diputados, es muy poco probable que se apruebe el acuerdo, de hecho, probablemente perdería por más de los 149 votos que perdió en la segunda vuelta de las votaciones", dicen los expertos de CMC Markets, que hablan abiertamente de la posibilidad de que el Parlamento destituya a la 'premier', que "parece cada vez más aislada".

Por su parte, los analistas de Danske Bank señalan que las posiciones de los diputados no han cambiado, y puede que se hayan "endurecido" después del discurso de May culpando a los miembros del Parlamento. En su opinión, es probable que Westminster obligue a la primera ministra a pedir una larga prórroga, pero ven aún más posible que May dimita ya que "los conservadores están cada vez más cansados de ella", aunque no son capaces de obligarla a dimitir a través de un voto de censura, después de que la 'premier' sobreviviese a uno el pasado mes de diciembre.

De hecho, este fin de semana se han sucedido las informaciones al respecto en la prensa británica, con una cascada de informaciones que apuntan, por un lado, a que el Parlamento se mostraría dispuesto a aporbar el Acuerdo de Retirada de May a cambio de su dimisión. Por otra parte, 'The Sunday Times' y otros medios hablan de una auténtica conspiración en el seno de los tories, encabezada por hasta 11 ministros del Gobierno, que buscan reemplazar a la líder conservadora por un primer ministro en funciones. Tendría la misión de evitar el temido Brexit sin acuerdo el 12 de abril y debería renegociar los términos de una prórroga más amplia, hasta la elección del nuevo dirigente que se encargaría de liderar la segunda fase del Brexit.

Otros, como los expertos de Natixis, apuntan que las luchas políticas internas en Reino Unido "no han hecho más que aumentar, y no puede excluirse el riesgo de una salida desordenada". Aunque en última instancia creen que se alcanzará un acuerdo, apuntan que eso "puede costarle el trabajo a May". Bruselas confía en que la primera ministra pueda obrar un milagro, aunque lo cierto es que ha aguantado durante meses y ahora parece haber perdido cada vez más el control de su Gobierno, de su partido y del país.

Y en Daiwa Capital Markets también dudan de la continuidad de May, ya que creen que no logrará el respaldo del Parlamento al plan del Brexit tras su "declaración antagónica" en la que "demonizó" a los diputados británicos, alienando a aquellos cuyos votos necesita para ganar, y perdiendo también la confianza de sus colegas de gabinete. "Aunque podría intentar seguir luchando, vemos muy probable que el final de May como primera ministra se aproxime rápidamente". De hecho, dicen los analistas de esta firma, "hay muchas posibilidades de que se vea obligada a dimitir dentro de una semana".

12 DE ABRIL, LA FECHA DECISIVA

Ante este panorama, la fecha del 12 de abril se torna como decisiva, tanto para Reino Unido como para el mandato de Theresa May. Quedan por delante tres semanas de drama, en lugar de una, y puede haber muchos más giros y vueltas en este tiempo. Desde Berenberg, firma que también apunta a una posible salida de la 'premier', recuerdan que el Parlamento debe decidir en una serie de debates y votaciones sobre el Brexit esta semana, que podrían incluir una tercera votación significativa sobre el acuerdo, cuál es el camino a seguir.

Los expertos apuntan a que, de momento, este lunes se deberían presentar los instrumentos estatutarios necesarios para aprobar la legislación necesaria que haga efectiva la prórroga, cambiando la fecha de salida del 29 de marzo al 12 de abril, para que hubiese tiempo de aprobarlos. Es necesario que Reino Unido tome una decisión antes de esa fecha y se la comunique a la UE para que el bloque comunitario la considere, sea la que sea (tampoco se descarta que ahora el Parlamento respalde un segundo referéndum), porque a partir de ese momento tendrá que legislar si quiere participar en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo.

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