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Las empresas de Reino Unido se preparan para un Brexit sin acuerdo, a pesar del optimismo del primer ministro, Boris Johnson, que asegura que podrá llegar a un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) para fin de año después de meses de negociaciones tambaleantes.

Sin embargo, incluso si las negociaciones avanzan en las próximas semanas, con sesiones adicionales en julio y agosto, las empresas tienen que tomar decisiones difíciles para reducir los riesgos en sus operaciones.

Reino Unido y la UE esperan tener un acuerdo comercial concluido en octubre, a más tardar, porque el bloque necesita tiempo para recibir las aprobaciones necesarias de los países miembros antes de la fecha de salida del 1 de enero. Sin embargo, cuanto más se prolonguen las negociaciones, más costes tendrán que incurrir las empresas para protegerse de una salida sin ningún acuerdo.

Las principales preocupaciones para las empresas siguen siendo los aranceles y la interrupción del flujo de mercancías que cruzan la frontera entre Reino Unido y la UE. Sin un acuerdo de libre comercio, ambas partes dejarán de negociar en los términos de la Organización Mundial del Comercio, que pueden imponer gravámenes elevados, como un arancel del 8% sobre el chocolate y el 30% sobre el zumo de naranja.

Al mismo tiempo, al gobierno le preocupa que las empresas no estén listas para la ola de nuevos trámites posteriores al Brexit, lo que provocará que los camiones se detengan en los puertos. A principios de este mes, el ministro de la Oficina del Gabinete, Michael Gove, dijo que estaba preocupado por la falta de medidas preparatorias tomadas por las empresas, y el gobierno está planeando una campaña de información de "conmoción y temor" en la segunda mitad de este año para animar a las empresas a actuar.

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