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Boris Johnson, primer ministro británico-/PA Wire/dpa

Reino Unido y la Unión Europea se han puesto un nuevo objetivo: llegar a un acuerdo sobre el Brexit en agosto. Ambas partes, que se han reunido esta semana, han acordado intensificar las rondas de negociación durante el verano y mantener reuniones en julio y en agosto con la idea de poder cerrar un trato en agosto o, como muy tarde en septiembre. La idea es tenerlo todo cerrado antes de la cumbre de la UE prevista para octubre.

"Hay indicios de que ambas partes pueden estar dispuestas a suavizar sus posiciones durante estas negociaciones, pero los comentarios posteriores a la reunión sugieren que las posiciones negociadoras individuales no han cambiado", destacan los expertos de Danske Bank en su último informe sobre el Brexit.

La videoconferencia de alto nivel celebrada el lunes entre el primer ministro británico, Boris Johnson, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha servido para dar un nuevo impulso a las conversaciones, que quedaron estancadas a causa de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, el reloj sigue corriendo, y cada vez queda menos tiempo para cerrar el acuerdo.

Sobre todo después de que Johnson se haya negado a pedir una extensión del periodo de transición del Brexit, que concluye el 31 de diciembre. La nueva idea es ahora acordar los principios de un acuerdo antes de negociar los detalles más finos del mismo, que son los que generan más roces, como ocurre con la frontera de Irlanda. "Rechazar una prórroga crea un riesgo económico para más adelante", dice Bank of America, que cree que el objetivo de 'premier' de lograr un trato para finales de julio es demasiado "ambicioso". "Esperamos que las conversaciones se prolonguen hasta el otoño", dicen sus expertos, ya que el acuerdo "parece improbable mientras quede tiempo para discutir".

"A pesar de la nueva fecha límite 'suave', en realidad solo hay una fecha límite 'dura', el 31 de diciembre", por lo que "podríamos ver fácilmente que las negociaciones se alargan hasta el otoño sin romperse", coinciden en Danske Bank, cuyos analistas creen "natural" que las negociaciones políticas se alarguen, ya que ninguna de las partes quiere "comprometerse demasiado pronto" porque eso suele verse como algo "malo o débil a nivel nacional". "Es más fácil vender un compromiso político más cercano a la fecha límite, y de ser así las negociaciones seguirían el mismo camino que las negociaciones sobre la retirada", que no se cerraron hasta última hora, apuntan.

Tras la reunión, Johnson dijo que no creía que "estemos tan separados", e incluso apuntó que no veía "ninguna razón" para no lograr un acuerdo en "en julio". Por su parte, Charles Michel dijo que la UE buscará el acuerdo, pero no a cualquier precio, e incidió en la necesidad de garantizar la "igualdad de condiciones", que es algo "esencial". Los Veintisiete temen que las empresas británicas tengan una ventaja competitiva si consiguen libre acceso al mercado único de la Unión Europea sin obedecer a la las mismas reglas que tienen que seguir las empresas europeas.

"CUESTA VER LO QUE HA CAMBIADO"

El problema es que Londres piensa que seguir las normas de la UE y estar sometido a la jurisdicción del Tribunal de la UE hacen que el Brexit no tenga sentido, porque no permitiría a los británicos "retomar el control" por lo que aunque se ha producido un cierto acercamiento, que ha traído un renovado optimismo, "cuesta ver lo que realmente ha cambiado", remarca Danske Bank.

Lo que está claro, dicen los analistas de Degroof Petercam, es que "las negociaciones sobre la futura relación entre la UE y Reino Unido no avanzan". "Los principales escollos son las condiciones para un alineamiento (subsidios, normas laborales y ambientales), las normas en materias de productos, la pesca...", es decir, demasiados problemas para alcanzar un acuerdo antes del 31 de diciembre. "Es un periodo demasiado corto para alcanzar un nuevo acuerdo comercial", opinan en esta firma.

Su planteamiento, dice en su informe titulado 'Reaparece el fantasma del Brexit sin acuerdo', es que "se tendrá que acordar una posible prórroga (hasta 2 años) antes del 30 de junio", aunque Johnson siempre se ha opuesto a tal extensión. Sin embargo, una encuesta reciente sugiere que la población británica "está más abierta a esta posibilidad, dado el impacto de la crisis del coronavirus en la economía".

Ahora los mercados dan por hecho que no habrá prórroga, pero "todavía esperan una más adelante", lo que es "demasiado optimista", afirman en Bank of America. En la entidad estadounidense, de hecho, creen que al final habrá un acuerdo básico de libre comercio, es decir, cero aranceles pero reimposición de importantes barreras no arancelarias que pondrían fronteras al comercio. "Rechazar una prórroga significa que hay poco tiempo para cualquier otra cosa y un acuerdo básico es mejor que no hacer un trato económico y político, en nuestra opinión", dicen sus expertos.

No obstante, creen que si hay acuerdo básico, será "negativo" para la economía, muy azotada ya por la crisis del coronavirus, lo que complicará la recuperación. "Los mercados pueden aplaudir que haya trato, pero creemos que los detalles importarán con el tiempo", remarca Bank of America. Y es que aunque un trato "elimina el riesgo de no hacer un trato, que aún no tiene un precio significativo, un trato básico y ningún trato están económicamente al mismo nivel. Ambos implican grandes costes económicos a largo plazo", concluye.

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