• La divisa nipona ha extendido sus ganancias hasta los 108,727 yenes por dólar
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Un ánimo sombrío domina a los inversores ante la escalada de tensión entre EEUU y Corea del Norte. Y no ha mejorado tras la publicación del IPC de Estados Unidos, cuya lectura del mes de julio se ha quedado en el 1,7%, por debajo del 1,8% que esperaba el mercado. Ante este panorama, una oleada de ventas se ha apoderado del dólar, que ya se encontraba muy presionado, en especial contra el yen. La divisa nipona, que se había impulsado hasta su mejor precio en ocho semanas ante la escalada verbal entre Washington y Pyongyang, por su papel de activo refugio, ha ampliado sus ganancias hasta un récord de casi cuatro meses.

La moneda japonesa se ha apreciado hasta el cambio de 108,727 unidades por cada ‘billete verde’, niveles de precio no vistos desde el 20 de abril. El yen también ha ampliado sus ganancias contra el euro hasta su mejor cambio en cinco semanas, en las inmediaciones de los 128,00 yenes, no alcanzados desde el 6 de julio. La volatilidad ha sido elevada a pesar del escaso volumen de negociación debido a la jornada festiva en Japón.

El euro, por su parte, ha aprovechado la ocasión para recuperar la franja de los 1,1800 dólares y ha alcanzado su mejor precio desde el viernes pasado, cuando la fortaleza del dato del mercado laboral del mes pasado hizo saltar por los aires su reciente rally. Desde el punto de vista del análisis técnico, el euro/dólar se ha mantenido en un estrecho rango en las últimas sesiones, un claro movimiento de consolidación de los fuertes movimientos recientes: el retroceso tras las abruptas ganancias y los máximos de 31 meses por encima de los 1,1900 dólares. Pero persiste el riesgo de que el cruce ponga a prueba el nivel de los 1,1616 dólares.

"El dato de la inflación de EEUU no va a poner a la Fed precisamente contenta"

“El sesgo es negativo en el corto plazo para la divisa europea después de haber perdido los niveles de los 1,1700 y los 1,1830 dólares”, indica Michael Hewson, analista de CMC Markets. Y así seguirá “mientras no cierre por encima de la media móvil de 200 semanas en los 1,1795 dólares”, añade Hewson.

Sin embargo, el factor que más pesa en la operativa del dólar, aunque la dirección que le imprimen las tensiones geopolíticas es relevante en el corto plazo, es si la Reserva Federal de EEUU (Fed) va a proseguir con las subidas de tipos este año. "El dato de la inflación no va a poner al supervisor monetario precisamente contento", apunta Naeem Aslam, analista de Think Markets.

"El próximo movimiento de la tasa de la Fed está en cuestión y el resultado del IPC va a ofrecer mayores argumentos a los miembros más moderados del comité del banco central", señala el experto. "La Fed no va a tener ninguna prisa para aumentar la tasa de interés este año", añade el experto del bróker británico, lo que dinamita las opciones del dólar y da alas al euro.

El franco suizo, por su parte, se ha embarcado en una jornada de consolidación y se cambia en las 0,9590 unidades contra el dólar y en las 1,1299, contra el euro, después de ser la protagonista el martes y el miércoles, al avanzar un 1,1% contra el 'billete verde' y más de un 1% también contra la moneda comunitaria, el mayor incremento diario de la divisa suiza contra la europea desde la crisis de enero del 2015.

Sólo cuando el Banco Nacional Suizo decidió levantar su suelo cambiario contra el euro se vio una reacción similar en la moneda del país. De hecho, el franco suizo no suele prodigarse con este tipo de rallies y su dirección "suele estar dictada por el apetito del mercado por el euro y el dólar estadounidense", explica Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management. "Pero cuando las tensiones geopolíticas están en juego es un animal completamente diferente", matiza. Esto justifica que "la volatilidad del franco suizo se haya disparado", añade.

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