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Andrew Bailey, gobernador del Banco de InglaterraFCA - Archivo

La jornada del jueves tiene como protagonista la decisión de política monetaria del Banco de Inglaterra y la publicación de las perspectivas económicas de la entidad, en un contexto de disensión entre los miembros del Comité de Política Monetaria del banco central sobre las bondades del programa de compras de bonos.

Los mercados también buscarán pistas sobre la secuencia de la estrategia de normalización de ‘la vieja dama de la calle Threadneedle’, que aún no decide si comenzar por la reducción de las compras de activos o por el incremento de los tipos de interés. Previo a esta decisión, "los operadores de la libra podrían mantenerse neutrales respecto a la dirección de la divisa, que probablemente seguirá la dinámica más general del mercado respecto al dólar", indican los expertos de Monex Europe.

La moneda espera el cónclave bancario por debajo de 1,39 dólares, muy lejos de los máximos de finales de mayo e inicios de junio alrededor de 1,42 dólares.

Hasta hace poco, los responsables de las políticas de ‘la vieja dama’, no habían mostrado divergencias acerca de las decisiones. Por eso sorprende que “dos responsables de la política del Banco de Inglaterra hayan roto filas en las últimas semanas para cuestionar los méritos de la política actual, articulando la perspectiva de que el programa de compra de activos podría tener que ser frenado”, señala Michael Hewson, analista de CMC markets.

“Quizá no debería sorprendernos demasiado que el vicegobernador Dave Ramsden fuera el primero en romper filas, dada su resistencia a los tipos negativos hace menos de un año”, prosigue el experto. “Sus comentarios sobre la conveniencia de considerar la reducción de algunas medidas de estímulo fueron notables al reconocer que el programa de vacunas ha cambiado potencialmente el juego cuando se trata de lidiar con el virus”, agrega.

Por lo tanto, espera el experto que la reunión de hoy ofrezca nuevas pistas, igualmente, con la inflación dispara y la proyección de que repunte al 3% a finales de este año, la paciencia de los banqueros centrales será puesta a prueba.

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