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El Partido Laborista se está rearmando tras el último movimiento de Boris Johnson, que ha propiciado el cierre del Parlamento británico hasta dos semanas antes de la fecha del Brexit. El líder laborista, Jeremy Corbyn, va a intentar que se convoque un debate de urgencia en Westminster la semana que viene, en los días en que habrá sesiones antes de la suspensión respaldada por la Reina Isabel II, para intentar aprobar una legislación que bloquee el divorcio a las bravas.

La idea del Partido Laborista, según ha dicho el portavoz de Comercio de la formación, Barry Gardiner, es presentar una petición para que se convoque un debate en la semana hábil que habrá en septiembre (el Parlamento está ahora de vacaciones y volverá del receso estival el 3 de septiembre, aunque el día 9 cerrará de nuevo y así permanecerá hasta el 14 de octubre). "El lunes presentaremos lo que se conoce como una moción de la Sección 24 de la Orden Permanente para tratar de tener un debate de emergencia", ha dicho en declaraciones a Sky News.

Esa posibilidad, la de aprobar una legislación que bloquee el Brexit duro, es una de las opciones que tiene la oposición sobre la mesa para intentar frenar las pretensiones del primer ministro británico, que ha sumido a Reino Unido en una situación insólita. La decisión de Johnson de suspender el Parlamento más tiempo del habitual (en septiembre es normal que los legisladores británicos se tomen un descanso, ya que se celebran los congresos de los partidos) ha caído como un jarro de agua fría en Reino Unido, aunque los expertos de Danske Bank remarcan que ahora "es más complicado, pero no imposible", bloquear la salida sin acuerdo.

Además de la posibilidad de aprobar una legislación que evite directamente este escenario y obligue a Johnson a pedir a Bruselas una nueva prórroga, la oposición aún tiene sobre la mesa la opción de presentar una moción de censura contra el 'premier'. El mismo Corbyn parecía decidido a hacerlo, aunque ahora, con la suspensión del Parlamento, ha aparcado esta idea para centrarse en la medida legislativa. Al menos por ahora, y si no tiene éxito, está el 'plan B'.

Como dicen los analistas de XTB, los laboristas "han sido cautelosos" sobre la moción de censura, y siguen siéndolo, a pesar de que el Gobierno tiene una mayoría de un único diputado, ya que "temen que un fracaso solo serviría para envalentonar aún más a Johnson". Además, dicen estos expertos, no optarán por la moción hasta que se aseguren en apoyo de los conservadores más moderados, cuyos votos necesitan para que salga adelante. Por eso, lo más probable es que si se intenta sea ya en octubre, en plena recta final del Brexit, una vez el Parlamento vuelva al trabajo. Si se presenta y triunfa, la moción conduciría a una prórroga y, más adelante, a unas elecciones.

El líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, partidario del Brexit y quien está a cargo de la gestión de los asuntos gubernamentales en el Parlamento, ha desafiado a la oposición a tomar medidas si quiere evitar una salida sin acuerdo. "Todos los que lloran y rechinan los dientes saben que hay dos maneras de hacer lo que quieren hacer", ha dicho, en referencia a las críticas de los laboristas contra Johnson por su decisión de cerrar Westminster. En declaraciones a la BBC, Rees-Mogg ha recordado que "una es cambiar el Gobierno y la otra es cambiar la ley. Si lo consiguen, cualquiera de las dos tendrá efecto", pero "si no tienen el coraje o la iniciativa para hacerlo, nos iremos de la Unión Europea el 31 de octubre de acuerdo con el resultado del referéndum".

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