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AV.- Ciclismo/Giro.- El italiano Cima (Nippo Vini Fantini) frustra la última oportunidad para los esprinters en el GiroGIRO DE ITALIA

Sin cambios en la general, sí le roba la 'maglia ciclamino' el alemán Ackermann a Démare

BARCELONA, 30 (EUROPA PRESS)

El ciclista Damiano Cima (Nippo Vini Fantini) ha ganado la decimoctava etapa del Giro de Italia, disputada este jueves entre Valdaora y Santa Maria di Sala sobre 222 kilómetros, sobreviviendo a una larga escapada de tres ciclistas y evitando con su esprint final que el pelotón les neutralizara ya sobre la línea, evitando el triunfo de Pascal Ackermann (BORA), segundo.

Parecía que los tres grandes protagonistas del día --Mirco Maestri (Bardiani-CSF), Damiano Cima (Nippo Vini Fantini) y Nico Denz (AG2R La Mondiale)-- se quedarían sin victoria de etapa, al estar el pelotón en modo de caza y tirándose encima de ellos en la larga recta final, pero pese al empeño de los grandes velocistas Cima supo aguantar el pulso y lograr la gloria en este Giro de Italia.

Fue un triunfo agónico para Damiano Cima, ciclista de 25 años que llegó al Nippo-Vini Fantini en el año 2017 y que tenía un único triunfo previo --la sexta etapa del Tour de China en 2018--. En su primera gran vuelta, en un Giro que es la prueba más importante en Italia, Cima se ganó a pulso el poder guardar este triunfo en lo más alto de su todavía incipiente carrera.

En la fuga, fue Nico Denz quien intentó atacar a sus compañeros a falta de 3,5 kilómetros para la meta. No le salió bien, y aún así, ya en el último kilómetros, lo volvió a probar. Pero no fue el alemán, sino Cima, quien pudo atacar cuando tocaba y mantenerse fuerte. Denz y Maestri fueron engullidos por el gran grupo, pero no Cima.

Además, es el premio a la insistencia y la perseverancia, ya que Cima se había metido ya en cuatro fugas del día previamente y esta vez no sólo llegó sin ser atrapado sino que subió al podido como ganador. También Maestri había estado en cuatro fugas, tres de ellas con Cima, mientras que Denz era nuevo en esto de las escapadas y quizá por ello atacó antes de tiempo.

Después del vencedor de la etapa entró, enfurecido con sí mismo, un Pascal Ackermann (BORA-hansgrohe) que en esta jornada buscaba otro triunfo de etapa que añadir a las victorias en la segunda y quinta etapas. Además, perseguía arrebatar la 'maglia ciclamino' a Arnaud Démare (Groupama-FDJ) y para ello le hacía falta, en principio, la victoria en Santa Maria di Sala.

Pero lo que no sabía Ackermann al cruzar la línea de meta en segunda posición es que, por detrás, Démare iba bastante perdido sin el 'treno' de su equipo como referencia. Ni sabía que en su intento casi utópico de llegar a luchar por el triunfo parcial se había chocado, hombro con hombro, con su compatriota Florian Sénéchal (Deceuninck-Quick Step), entrando finalmente octavo en meta.

Así, pese a que Démare se había hecho en esta etapa con un punto más de ventaja al frente de la clasificación de los puntos o de la regularidad gracias a un esprint intermedio, finalmente esa 'maglia ciclamino' cambia de manos otra vez. La pierde Démare, cuya cara al cruzar la meta ya era de ser conocedor de ello, mientras que Ackermann, pese a su frustración inicial, lo festejó ya en el podio.

Esta era la última jornada suave del 102º Giro de Italia, y la última etapa con posibilidad de lucha al esprint para los velocistas. De ahí la importancia del mano a mano entre Démare y Ackermann que Cima imposibilitó, y de ahí las reacciones del alemán y del francés en Santa Maria di Sala. Todo apunta, salvo gran sorpresa, a que será Ackermann el poseedor final de la 'ciclamino'.

No hubo cambios en la general de la carrera, con la 'maglia rosa' para el ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar Team) con 1:54 de ventaja sobre Vincenzo Nibali (Bahrain Merida) y 2:16 sobre Primoz Roglic (Jumbo-Visma), con el español Mikel Landa (Movistar Team) cuarto a 3:03. Este viernes, en la decimonovena etapa entre Treviso y San Martino di Castrozza, en otro final en alto, sí habrá lucha entre los grandes gallos de este Giro.

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