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El Gobierno alemán no apoyaría un tercer programa de ayuda a Grecia bajo ninguna circunstancia, incluso aunque hubiera un acuerdo entre Atenas y sus prestamistas internacionales sobre dinero a cambio de reformas, según recoge el diario alemán Bild.

En su lugar, el actual segundo programa de ayuda podría extenderse y ampliarse con fondos de otros programas como el de 10.900 millones de euros (12.320 millones de dólares) que se diseñó originalmente para rescatar a los bancos griegos, pero que no se necesitaron, destaca el artículo que cita Reuters. De esta manera se entiende mucho mejor, la 'flexibilidad' mostrada por Alemania el pasado miércoles.

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"No queremos desangrar a nuestra gente sólo porque quienes están a cargo en Grecia no están haciendo su trabajo"

Ahora bien, esto sólo podría suceder si Atenas quisiera implementar reformas sustanciales. "No queremos desangrar a nuestra gente sólo porque quienes están a cargo en Grecia no están haciendo su trabajo", dijo un miembro del Gobierno según una cita reproducida por Bild.

La canciller alemana, Angela Merkel, se enfrenta a una oposición creciente entre los conservadores de su partido a garantizar a Grecia más fondos de rescate.

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La reticencia de Atenas a aplicar más reformas económicas está poniendo a una minoría de los conservadores de Merkel en contra de la perspectiva de desbloquear un tramo final del segundo rescate de Grecia o de acordar un tercer programa de ayuda.

LO QUE PIDEN LOS ACREEDORES

Los acreedores de la UE y el FMI han pedido a Atenas que se comprometa a vender activos del Estado, aplique recortes en las pensiones y avance en las reformas laborales, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con el plan la semana pasada, demandas que cruzarían las "líneas rojas" del Gobierno griego.

Si Grecia aceptara el plan, los acreedores intentarían desbloquear 10.900 millones de euros en fondos de préstamos bancarios no utilizados que fueron devueltos al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Esto permitirá a Grecia cubrir sus necesidades financieras en julio y agosto, dijeron las fuentes.

Grecia, en todo caso, recibía el mismo miércoles un varapalo de la agencia S&P que decidía aplicarle un recorte en su calificación y advertir sobre las consecuencias del impago de Grecia al FMI. Esta mañana mientras tanto, el ministro de Finanzas Yanis Vraoufakis, sostenía ante el parlamento heleno que Grecia no se ha comprometido a conseguir un superávit primario del 1% de su PIB para 2015. Se trata de uno de los temas más delicados dentro de las negociaciones. El tiempo se sigue agotando para Grecia.

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